Juan Larrinaga, Tario Rubio y Josep Alsina son testigos vivos de aquella oscura etapa de la historia de Orduña pero al acto acudieron también familiares de exprisioneros ya fallecidos como Anna Batalla, hija de Josep Batalla Salvat "que llegó al campo con 24 años, por suerte, haciéndose pasar por soldado raso cuando en realidad era Teniente del Ejército Republicano". Tampoco faltó la Nieta de Zoilo Villar, natural de Torrenueva (Ciudad Real) y que murió en la cárcel. La jornada sirvió también para recordar a Manuel Murias Díaz de Cerio, exalcalde de Orduña fusilado en septiembre del 37 y a todos los cargos públicos que ejercieron sus funciones desde el inicio de la guerra civil hasta la entrada de las tropas franquistas en Orduña.