getxo

dOS jugadores del Athletic están en el Caribe, se han ido de casa sin decir nada y, de repente, aparecen sus novias y les pillan hablando con unas chicas... A partir de ahí, todo puede pasar. Este es el argumento de una de las cientos de obras de teatro que en treinta años la asociación Guabe ha preparado con los escolares de Getxo. No hay guión, es todo improvisación. "Decimos a los niños que tiene que haber un planteamiento, un desarrollo y un final. Con esas tres premisas, ellos no son tontos. Es un poco arriesgado pero siempre funciona. Nunca se ha cortado una obra. Si se te cae algo pues sueltas: ¡Ay!, qué tonta estoy hoy", afirma Rafael Villa, uno de los impulsores de estos cursos de teatro, allá por 1982, que a día de hoy llegan a prácticamente la totalidad de colegios del municipio getxotarra.

"El objetivo siempre ha sido introducir el teatro en la escuela como una forma de educación, empezamos en octubre y hacemos ejercicios de desinhibición, de dinámica de grupo, de mímica, trabajamos con marionetas, títeres?", explica Villa. Las clases de teatro se imparten a los cursos desde tercero hasta sexto de Primaria. Y hace poco se extendieron también a primero y segundo de Secundaria. "Ahí es más complejo porque el niño con 12 años empieza a entrar en una edad difícil. Pero hay que saber trabajar con ellos. Por ejemplo, había un grupo al que le fascinaba el mundo hippie entonces le dimos talleres que solían hacer los hippies: cadenas, collares, pintar un mural en la calle, simbología hippie? y luego uno me decía: Oye, que los hippies también fumaban porros. Y yo le contesté: Pero hasta ahí yo no llego", cuenta entre risas Villa, un hombre que derrocha pasión en cada palabra por el universo artístico.

"No pretendemos formar actores ni actrices, pero claro, el gusanillo del teatro se queda ahí prendido. Por ejemplo, Asier Hormaza estuvo con nosotros y también mucha gente que se fue a Madrid? Nosotros lo que pretendemos es que el teatro les sirva en su vida. Hay niños que son muy tímidos y a través del teatro encuentran una salida de comunicación. Hay muchos que nos sorprenden porque crees que se van a sentir cortados, pero suben al escenario y es todo lo contrario. Lo que queremos, más que formar campeones o líderes, es formar personas íntegras al cien por cien", destaca el miembro de la asociación Guabe, que también está compuesta por Myriam Rodet, Marga Vázquez y que cuenta con la colaboración de Patricia Herrera, Haizea Valsega e Itxaso Bastero.

Rafael, Myriam y Marga, además de Antoine Bastero -padre de Itxaso- fueron los que pusieron en marcha esta agrupación teatral. "En 1981 fuimos a un cursillo del Gobierno vasco de animación dramática infantil. Estuvimos seis meses en Hondarribia. Allí coincidimos varias personas de Getxo y así es como empezamos con este proyecto", apunta Villa.

el cambio Desde entonces han pasado tres décadas, la vida ha cambiado de escenarios mil veces y las historias han variado de argumento otras tantas. "Cuando empezamos no había tantas actividades extraescolares, el teatro cubría una parcela de ausencia. Ahora han proliferado muchísimo y encima tenemos en contra a los medios audiovisuales y el mundo digital, en el que el niño se encierra cada vez más en un aparatito. Ese es el principal cambio que hemos notado y, en este sentido, les hemos visto a los niños menos creativos, usan menos la imaginación. Antes les dabas un folio y les decías: Me tienes que pintar cuatro dibujos. Y se ponían de la misma sin problema, ahora empiezan: ¿Pero de qué?, ¿cómo hago?... En ese hemos notado un bajón, aunque como tenemos tanta experiencia sabemos por dónde les tenemos que llevar para que las premisas fundamentales funcionen", describe Villa, feliz y enérgico a sus 60 años.

"Es un trabajo de chinos, pero merece la pena. A nivel estatal, nuestro caso será uno de los pocos que ha durado tantos años y en Euskadi será el único", valora. "El Ayuntamiento nos subvenciona al cien por cien. Siempre hemos sido muy apoyados, se ha creído y confiado en nuestro trabajo y nosotros hemos tratado de no decepcionar. ¿El futuro? Pues con la crisis nunca sabes", reflexionan desde Guabe.