Bilbao. En apenas tres años, el mítico edificio racionalista del RAG habrá dado paso a un solar vacío y a un edificio con 115 viviendas de alto standing. El próximo mes se iniciará la cimentación del nuevo bloque de pisos, ubicado entre la alameda de Rekalde y las calles Rekakoetxe y Fernández del Campo. Teniendo como destacado vecino a la remozada Alhóndiga, el edificio ha sido diseñado por TGA arquitectura, un estudio de Bilbao poco conocido pero con una tarjeta de visita de postín.

El BBVA, a través de su sociedad inmobiliaria Anida, ha sido la encargada de elegir el diseño del nuevo edificio tras un concurso de carácter restringido en el que han trabajado siete promotoras vascas diferentes. Tras varios cortes, al final, la opción ganadora fue la de Inmogroup y TGA arquitectura.

Para verano de 2014 La empresa Amenabar, perteneciente al grupo Inmogroup, será la encargada de ejecutar unas obras que se desarrollarán durante los próximos dos años, de forma que para el verano de 2014 puedan entrar a vivir los primeros vecinos del inmueble.

Los arquitectos responsables del diseño, David Torres y Sandra Gorostiza, cerraban ayer el proyecto básico para entregarlo el lunes y en el mismo se prevé la construcción de 115 viviendas en un bloque de tres fachadas exteriores. La principal, que mira a la Alhóndiga, contará con siete plantas y las otras dos tendrá seis alturas sobre la planta comercial a ras de acera.

La oferta inmobiliaria se va a cerrar con un total de 115 trasteros que se ubicarán en la primera de las cinco plantas subterráneas que se van a habilitar bajo la cota cero y donde se pintarán un total de 322 plazas de estacionamiento, es decir, más del doble de las viviendas que se pretende vender.

La mayoría de las viviendas tendrá un tipología de tres habitaciones, salón comedor y cocina con varios baños, contando todas con una media de 100 m2 de superficie útil. De todas formas, también se han generado huecos para algunos apartamentos más pequeños, que al igual que el resto de los pisos serán construidos con "calidades a la altura de los emblemático del proyecto y el emplazamiento de la promoción", indicaron fuentes de la sociedad inmobiliaria del BBVA.

Todas las viviendas contarán con terrazas donde el vidrio es el protagonista. Un cristal serigrafiado donde se reflejarán el resto de los edificios que le circundan. El resto de la fachada será de piedra natural sobre un tejado de cinc de color gris que pretende ser un homenaje a las azoteas y terrazas que coronan el viejo almacén de vinos recuperado recientemente.

El elemento más novedoso del nuevo bloque es que los vecinos solo contarán con un acceso desde la calle, en concreto desde la alameda de Rekalde. Un portalón que dará paso a un gran espacio longitudinal en el interior de la manzana desde el que se accederá a los ocho portales, cuatro a cada lado, en que se han dividido la futura comunidad de vecinos. Un espacio a resguardo pero con mucho luz cenital a donde mirarán también las terrazas interiores de las viviendas y que contará con varias zonas ajardinadas pegadas a las fachadas interiores.

Más línea comercial continua Este concepto de manzana cerrada por fuera y abierta por dentro consigue una además una ventaja. El espacio comercial que se podrá habilitar en su planta baja no estará cortado por la presencia de las escaleras. David Torres comenta que "de está forma está más ordenado y los locales podrán contar con mayor superficie continuada si es necesario".

Con el proyecto lanzado en la parcela del viejo edificio del RAG se da un poco de alegría al escaso panorama de vivienda de alto standing en Bilbao. Los últimos pisos construidos de este nivel han sido los ubicados en el entorno de la plaza Euskadi y el bloque de la calle Gardoqui anexo a la antigua sede de la eléctrica Iberdrola.