Bilbao. Son muchas las paradas de autobús que se encuentran en entornos rurales, a pie de carretera, en lugares donde no existen aceras que permitan la instalación de marquesinas o el acceso de personas con movilidad reducida. No obstante, las obras de mejora que permanentemente realizan tanto la propia Diputación en la red foral de carreteras como los ayuntamientos en sus respectivos municipios, han hecho posible que las paradas de mayor afluencia, las que dan servicio al 77% de las personas usuarias -casi ocho de cada diez-, sean accesibles.
Al dato de la accesibilidad de las paradas se suma la mejora constante de la accesibilidad de la flota de autobuses de las 7 empresas operadoras del servicio Bizkaibus, que en este momento son TCSA, CAV, Pesa, Encartaciones, EuskoTren, ADNOR y Autobuses de Lujua. La constante renovación de la flota y las mejoras introducidas en los vehículos han permitido que nueve de cada diez autobuses sean accesibles al disponer de suelo bajo, rampas o plataformas para facilitar la subida y la bajada a quienes tienen reducida su movilidad.
Dentro de este colectivo se encuentran personas que se desplazan en sillas de ruedas, las que viajan con niños -incluidos los que van en cochecitos-, mujeres embarazadas, usuarios de edad avanzada, así como personas con discapacidades físicas, psíquicas y sensoriales.
Con derechos propios Estas personas tienen una serie de derechos que deben ser respetados, no solo por el personal del servicio, sino también por el resto de las personas usuarias; derechos que no siempre se tienen en cuenta. Por esta razón, la Diputación Foral de Bizkaia puso en marcha una campaña de sensibilización con el objetivo de que tanto las personas con movilidad reducida como las empresas, los trabajadores que prestan el servicio y el resto de pasajeros conozcan cuáles son los derechos de estas personas y las obligaciones que existen respecto a ellas. Así, por ejemplo, tienen derecho a exigir que se les active la rampa o plataforma, en caso de contar con ella.