El futuro en tiempo presente
Sener recibirá el DEIA Hemendik Berrikuntza Saria por el desarrollo de proyectos tecnológicos
GETXO se ha convertido en el centro de operaciones de algunos de los proyectos de investigación capaces de transformar la sociedad. La ingeniería getxotarra Sener prepara el desembarco de la energía solar del futuro con la construcción en Andalucía de tres plantas de última generación. Para ello invertirá más de 900 millones de euros.
El proyecto se realizará a través de Torresol Energy, un consorcio en el que participa con un 40% Masdar, la compañía de energías alternativas de Abu Dhabi. Supone la punta del iceberg de la fuerte apuesta por la innovación de Sener. Como reconocimiento a su protagonismo internacional, la empresa de Getxo recibirá el Berrikuntza Saria en la III gala de premios que DEIA y Hemendik celebrarán el día 1 de diciembre a las ocho de la tarde en la Kultur Etxea de Sopelana.
Su director general, Jorge Unda, se muestra satisfecho por el galardón y la ingeniería, premiada como un modelo empresarial, agradece este apoyo. "Es difícil ser profeta en tu tierra. Está bien que reconozcan el trabajo bien hecho y el esfuerzo. Anima mucho a la gente de Sener", declara.
En sus más de 50 años de historia, la compañía se ha caracterizado por ir un paso por delante en el campo de la innovación. Su espíritu emprendedor ha sido la base de su impresionante desarrollo con una facturación el pasado año de 937 millones de euros. Enrique Sendagorta, fundador de la sociedad hace 54 años, comenzó abriendo una ingeniería naval en Bilbao con 20 trabajadores y ha crecido hasta tener 4.900 profesionales repartidos por 17 delegaciones de todo el mundo.
Este carácter emprendedor se mantiene intacto, lo que les lleva a destinar más del 30% de su facturación en proyectos de innovación. "Llegar a este nivel ha sido emocionante. Los retos no nos dan miedo, nos divierten. Nos gusta buscar nuestro límite y estar cerca de la universidad y del conocimiento", destaca.
Su calidad y eficiencia ha permitido a Sener participar en proyectos punteros aeroespaciales de la Agencia Espacial Europea como el cohete Ariane o en la construcción del telescopio Hubble. "Nos gusta aportar soluciones a la sociedad", apunta.
Sólo en Bizkaia Sener ha tomado parte de proyectos fundamentales como la implantación de la red del metro, del superpuerto y sus infraestructuras gasistas o Zabalgarbi. En Getxo se han encargado de las escolleras de la playa de Arrigunaga, una barrera de protección que evita la pérdida de arena por las corrientes.
Esta proyección mundial no ha cambiado el carácter de empresa familiar de Sener que mantiene las señas de identidad originales de la ingeniería que empezó su andadura en 1956 en la calle Ercilla de la capital vizcaina. "Los valores originales nos ayudan mucho porque se basan en la ética del comportamiento, la libertad, la responsabilidad, la confianza y la cooperación mutua", señala.
Su planteamiento visionario se ha dejado sentir en la actividad de la empresa, pionera en el uso de ordenadores en los 70. "Eran enormes", recuerda Unda. Sener también diseñó el primer molino eólico en el Estado en los 80. Por otro lado, el software que crearon en los 70 para la construcción de barcos se emplea en 130 astilleros de todo el mundo. El programa se comercializa ya en su versión número 70.
Sener vuelve a centrarse en las energías renovables con una apuesta estratégica de la solar. Cuenta para ello con el aval de las consultoras especializadas que le auguran un importante crecimiento en el futuro, en detrimento de los combustibles fósiles. La transición hacia un nuevo modelo energético se refleja en la activa cooperación de la empresa árabe Masdar en el consorcio de Torresol Energy. "Nos cuentan que hace 50 años eran beduinos pero que pincharon y salió petróleo. Saben que dentro de otros 50 años puede que ya no salga más", señala.
Por este motivo, ambos socios se muestran especialmente esperanzados con la última de las tres plantas de Torresol Energy, la más desarrollada tecnológicamente. El sistema de producción triplica la capacidad de producción de las plantas fotovoltaicas actuales. Así, la instalación de Sevilla tendrá capacidad para generar electricidad a lo largo de 6.600 horas al año. En la actualidad, el consorcio está terminando la construcción que estará en pleno rendimiento a partir de marzo.
A partir de ahora, el reto es que la pro- ducción de esta planta experimental sea rentable y se pueda generalizar su uso. La ingeniería ya ha dado sus primeros pasos y ha logrado que le apoye del Gobierno vasco en una nueva planta que utiliza la misma tecnología pero con una superficie tres veces mayor, lo que podría suponer una inversión de 200 millones de euros.
En el plano práctico, su visión les ha permitido sortear la crisis sin dificultades y afrontar el futuro con esperanzas. "Hemos hecho los deberes. Nuestra actividad está diversificada en distintas áreas y participamos en proyectos de investigación".