Getxo. Cientos de vecinos de Getxo y de Uribe Kosta, y numerosos visitantes de todo Bizkaia asistieron ayer por la tarde a la escenificación de una representación teatral y musical popular que rememora el duro trabajo que realizaban las sirgueras, aquellas mujeres que remolcaban con sogas las embarcaciones que entraban en el puerto de Bilbao en el siglo XIX. Alrededor de 170 vecinos tomaron parte en la representación, un acto incluido en los actos del Getxo Sea Week, que concluye hoy.

Los alrededores del muelle Churruca y el Puente Bizkaia acogieron la representación de la obra Las sirgueras y ni un día más, que evoca el oficio de la sirga, que principalmente realizaban las mujeres a finales del siglo XIX, primero con la ayuda de bueyes y posteriormente en solitario, y que consistía en arrastrar a contracorriente las gabarras y otro tipo de embarcaciones con una cuerda o sirga desde el Abra hasta San Antón, ya en la capital vizcaina, por toda la margen derecha de la ría.

Alrededor de 170 personas participaron en la representación, que dio comienzo a las 17.30 horas, que estuvo organizada por la Escuela de Teatro de Getxo y el grupo de danzas Barantzagi. Pero no estuvieron solos ya que también participaron miembros de Zozoak Abesbatza de Las Arenas y el otxote de Romo.

La obra, que se retomaba en esta cuarta edición tras un año de parón, fue seguida por cientos de personas que se agolparon en las aceras durante las casi dos horas que duró la representación.

La puesta en escena, como suele ser habitual, se dividió en tres partes, y, al contrario que en las tres anteriores ediciones, fue más modesta, con una kalejira más corta y sin llegar a la plaza de Las Arenas.

Eso sí, los participantes volvieron a dividir la obra en tres apartados, que se iniciaron con el recibimiento del pueblo a los veraneantes, que llegaban en el buque escuela El Saltillo. Junto a bailes como el aurresku y la kaixarrantza, fue en el muelle donde se representó la acción de la sirga. Posteriormente, se vivieron los episodios del accidente de la sirguera mayor y la rebelión del grupo ante el capataz, hasta la que las amotinadas lograron sus objetivos.