Bilbao

HABÍAMOS pensado en cruzar por el Puente Colgante para venir a embarcar, pero al final hemos venido en coche". Amaia y Juan, vecinos de Sestao, son dos de los viajeros que ayer embarcaron en el Grand Mistral, estrenando el muelle de Getxo como puerto de inicio de travesías. Era el primer día con toda la nueva operativa y hubo un poco de desbarajuste con el servicio en tierra. Tras atracar el barco de la naviera Iberocruceros sobre las dos de la tarde, en el entorno de la terminal marítima en obras se agrupaban los que querían embarcar y no podían, los que habían finalizado su viaje y estaban esperando un taxi, y los que montaban en los autobuses que les trasladaba de excursión al Guggenheim y el Casco Viejo de Bilbao. La escasa organización en tierra fue la única pega que destacaron Monse y Juan Luis, "bilbainos de toda la vida". "Nos tenían que haber dado una medalla por lo que hemos tenido que sufrir para embarcar", afirmaban. La cara seria de la reclamación se tornó vivaracha cuando empezaron a hablar del viaje. "Nos apetecía hacer un crucero y como salía de aquí nos hemos animado porque no tienes que coger ningún avión, ni nada". Es la misma razón que aducían Amaia y Juan, los jóvenes sestaorras que se casaron hace un año y tenían pendiente su luna de miel. "Queríamos hacer un crucero por el Mediterráneo pero no pudo ser, luego salió esta opción con la posibilidad de embarcar aquí y lo hemos aprovechado. Los destinos además son muy bonitos. Que salga desde aquí es una gran ventaja".

Los que embarcaron ayer eran principalmente vascos pero también hubo algunos de los 700 pasajeros que ocupaban el crucero que finalizaron viaje en Getxo. Es el caso de Elena y Teresa, madre e hija que tomaron el buque en Alicante y ayer esperaban un taxi con sus maletas para hospedarse en el hotel Carlton. "Ha sido un viaje muy bueno con mucha gente animada y hemos disfrutado a tope. Ahora vamos a conocer Bilbao y mañana volvemos a casa", especifican sonrientes.

Un hito a destacar

Intercambio de recuerdos

El pasaje, mayoritariamente procedente de Barcelona y Alicante, no destilaba excesivo lujo. Desde Iberocruceros quisieron quitarse la etiqueta de que los cruceros marítimos son viajes sólo para gente con mucho dinero y de edad avanzada. "Nuestra clientela es variopinta y el objetivo es dar un servicio de calidad a un precio que no es nada caro si se obtienen los pasajes con antelación".

El embarque de viajeros en un crucero en Getxo es un hito al que la Autoridad Portuaria de Bilbao y la naviera quisieron dar relevancia. De hecho, fue el propio presidente de la entidad bilbaina, José Ramón de la Fuente, el que intercambió placas conmemorativas con el capitán del barco, el croata Tiho Mucic, un acto protocolario que se lleva a cabo cada vez que un buque arriba por primera vez en Bizkaia.

El presidente del Puerto de Bilbao aseguró que "es un día importante no solo para Bilbao también para el País Vasco" al hacer referencia a lo que significa para el sector turístico que Getxo sea un puerto base de cruceros. Destacó el esfuerzo que "la entidad está llevando a cabo en cuanto a las servicios que se están construyendo y a la labor comercial que se lleva a cabo" la cual ha permitido que este año vayan a arribar a la costa vizcaina una treintena de buques de placer.

El capitán alabó la comodidad con la que atracó el impresionante buque que comanda. "Tiene buenas infraestructuras", aseguró e indicó que esperaba que "Iberocruceros y Bilbao tengan un buen futuro en común". Ese augurio de fortuna va por buen camino ya que, según indicaron fuentes de la naviera, para las dos viajes que parten y llegan a Bilbao el 3 y el 10 de septiembre tienen ya reservadas un 70% de las 3.400 plazas que ofertan para las dos travesías. El itinerario dura una semana y permite visitar las capitales europeas de Brujas, Amsterdam, Londres y París.