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Derriban en Laudio la antigua casa de la familia Gorostiaga

La localidad pierde paulatinamente el patrimonio arquitectónico de principios del siglo XX

Derriban en Laudio la antigua casa de la familia GorostiagaFoto: Susana Martín

Laudio. La casona en donde ejerció su actividad profesional el médico Don Lorenzo Gorostiaga -fallecido el pasado 25 de diciembre a los 92 años de edad- va a pasar a formar parte de la memoria colectiva de los laudioarras y su imagen sólo se va a poder visualizar, a partir de ahora, en fotografías o documentos visuales. Esta semana han dado comienzo los trabajos de demolición del vetusto edificio, emplazado en la calle Virgen del Carmen, y del adosado de planta baja anexo que, en su día, llegó a albergar una tienda de electricidad.

Las tareas han comenzado por este último inmueble, aunque ya se han realizado también algunas labores en la casa principal puesto que se han desmontado los amplios miradores de la primera, segunda y tercera planta, y sus ventanales.

Esta parcela se encuentra afectada por un importante proyecto de promoción y regeneración urbanística que abarca hasta los terrenos anexos al bloque del BBVA. Sin embargo, esa no ha sido ahora la razón de su demolición. El problema que ha dado pie a la iniciativa es que los edificios números 18 y 20 de esta calle presentaban "un importante y notable estado de deterioro e incluso peligraba la seguridad de viandantes y vehículos ya que se encuentran pegados a la acera y la carretera. Se encontraba en muy mal estado, los propietarios nos han solicitado permiso de derribo y hemos creído conveniente concederlo", explicó en el momento de otorgar la autorización la teniente alcalde, Leire Orueta.

Huérfano de historia La inminente desaparición de este edificio va a dejar un poco más huérfano de patrimonio arquitectónico singular al casco urbano de Laudio y más especialmente a las zonas residenciales que se desarrollaron, durante la primera mitad del siglo pasado, en torno a la antigua carretera general. En los últimos años se han reducido a escombros otros edificios de la calle Virgen del Carmen como la casa de Romarate o la residencia de la familia Larrea.

El futuro proyecto de construcción de cerca de 70 nuevas viviendas va a abocar al mismo destino al inmueble de la familia Galíndez y la de los herederos de Agapito Eguía. El único que va a permanecer en su lugar, en este ámbito urbanístico, es la casona de la antigua farmacia Tipular puesto que está prevista su rehabilitación para uso y destino residencial.

Una situación bien parecida afecta también a la calle Nervión, prolongación de la anterior. El pasado mes de agosto se derribaron las vetustas edificaciones existentes entre los números 20 y 26, entre ellas la casa Izaguirre que hasta verano de 2005 albergó las dependencias del batzoki. También son ya parte del recuerdo, entre otras, la residencia de la familia Ibarretxe o la casa Nubiola.

Primero fue el fuerte, y en ocasiones desequilibrado, desarrollo urbanístico e industrial de mediados del siglo pasado, después los efectos de las devastadoras inundaciones de 1983 y más recientemente el boom inmobiliario de la última década. Por una u otra razón, lo cierto es que, poco a poco, Laudio se está quedando sin numerosos edificios y casonas antiguas referente de un pasado urbanístico bien diferente al actual.