EN los viejos tiempos, a la tortilla de bacalao, el chuletón y el bacalao preparado en mil y un maneras diferentes se le sumaban platos de besugo, merluza y cordero. Así lo relatan quienes acudían por estas fechas, al abrigo de las kupelas, dispuestos a disfrutar de un txotx de fábula. Enero es tiempo de sidrerías, la fecha marcada para que la nieta del manzano corra de mesa en mesa, se desboque e invoque al dios de la amistad, que acostumbra a presentarse en mangas de camisa alrededor de las mesas de banco corrido que se estilan.

Cuenta la gente del campo -y algo de autoridad tienen para hacerlo...- que esta temporada la manzana ha escaseado, fruto de los rigores del verano. A ojo de buena kupela la paciente gente de la estadística -nada más monótono que la cuenta y el recuento...- asegura que hay menos producción que en años precedentes. Aún así, 9 millones de litros corren por las venas de roble de las sidrerías de toda Euskadi.

La sidra, prima lejana del resto de bebibas alcohólicas, es un perfecto antídoto contra los rigores del duro invierno. No en vano acustumbra a salir de su madriguera por estas fechas, en pleno enero. Sin ir más lejos lo hizo el pasado viernes en el txotx organizado en Itsasadar Sagardotegia, una sidrería incrustada en los polígonos de Beurko Zaharra, donde la apuesta por la buena y suculenta mesa sólo se cubre con otra apuesta: la de la amistad de quienes allí se reúnen. Con Iker de la Concha como anfitrión y Koikili Lertxundi como invitado y amigo, el txotx fue todo un recreo para los sentidos. Sonaron la alboka, la trikitixa y el pandero durante toda la tarde-noche. A su son se movieron los amigos y, por encima de ellos, la dantzari Janire Mier, quien animó el encuenro, si es que no lo habían jaleado ya lo suficiente los vasos que volaron de mano en mano.

No fue el único espectáculo de este encuentro. Se escucharon también las voces de los bertsolaris Iker Urkiaga y Aitziber Bengoetxea, dos voces sensibles, campanudas y certeras cuyo descorche fue celebrado por los presentes con algarabía.

A la cita con este mundo de alegrías no faltaron, entre otros, Garikoitz Iturriaga, Mikel Aiestaran, Ainara López, Gorka Mendiguren, tres veteranas de guerra como Pili Ruiz, Margari Lafuente, y Nelly Enitxe; Matxalen Ocariz, Andoni Zamakona, Juankar Alonso (repitió, varias veces y con gracia, su intencion de salir de la fiesta como debe hacerse: ni sediento ni bebido...), Iker Olaizola, Andoni Murga, Zuriñe Bengoetxea, Saioa Aldaiturriaga, Inaxio Mendiguren, Jon Ander Zabaleta, Kristina Etxebarria, Ander Orkajo, Sandra Goikoetxea, Irati Txurruka y un buen número de gente que se acercó a la fuente de los manantiales que riegan gargantas sedientas, estómagos vacíos y amistades alegres. Fue, ya digo, una cita entretenida y feliz, una escapada de viernes que ayuda como desahogo a estos tiempos duros.