SOPELANA. María Gil Sopeña está feliz. Esta semana ha sido galardonada con el Premio Emprendedora de Uribe Kosta, otorgado por el Behargintza de la comarca, galardón dotado con 2.000 euros en metálico y cuyo objetivo es "reconocer el trabajo realizado por los emprendedores locales como fuente de riqueza económica y social para la comarca". Gil y su marido, el portugués Rui Ferreira, tienen una tienda en Urduliz, Xtreme Sport, centrada en el mundo del bodyboard, y venden a clientes de diferentes países.

"El premio ha sido una sorpresa, algo que ha fructificado en apenas unos días después de presentar en Behargintza un proyecto de mi empresa. Es algo fenomenal", asegura a DEIA Gil, para quien los 2.000 euros del premio son "como un aguinaldo, un anticipo de Olen-tzero" que se piensa "gastar en vicios, en nada relacionado con el negocio, que ya está bien de invertir". Un viaje de una semana a Lanzarote está en el horizonte, aunque antes habrá que "currar" de lo lindo con la campaña de Navidad y la posterior de rebajas.

Su tienda está ubicada en Urduliz, en Aia Gotzon, nº 21. La abrieron hace tres años, pero el arranque del proyecto tiene un lustro. "Empezamos con la fabricación de material de bodyboard: tablas, aletas, fundas... Empezamos mi marido y yo solos, y después creamos una tienda virtual, la primera estatal, www.onlybodyboard.com. Como dio ganancias, optamos por abrir la tienda física", nos relata Gil, que se ocupa también del almacén, donde se vende al por mayor.

Gil recuerda lo duro que resultó poner el negocio en marcha. "El problema económico, más que en la inversión, recae en la fabricación, ya que movemos cantidades muy importantes de material. Vendemos en todo el Estado, en Portugal, Francia, Marruecos... y acabamos de empezar a trabajar con Brasil", indica Gil, que asegura "no practicar mucho el bodyboard, aunque sí alguna vez". Quien sí lo practica es su marido, que se dedica a ello de forma profesional. De hecho, acaba de volver de una prueba en Canarias y ha llegado a clasificarse como tercero del mundo en esta modalidad deportiva.

Gil aclara que el bodyboard es diferente al surf. "La gente los confunde, pero el practicante, por lo general, va tumbado sobre la tabla y se hacen acrobacias con las olas, al contrario que en el surf, que te deslizas sobre ellas. En el bodyboard, hay piruetas y giros, es más espectacular que el surf. ¿Peligroso? Con fondo de rocas y olas gigantes, sí. Si no, no tiene por qué", indica. Y para aclarar dudas, asegura que este deporte no es caro, que basta con invertir, de entrada, unos 90 euros en una tabla de espuma sintética "normalita", de en torno a un metro de altura, y en un traje de neopreno, que ella vende "a partir de unos 200 euros".

El entorno de la central de Lemoiz, Azkorri, la playa de Sopelana... Allí hay "buenas olas". Esos son los lugares preferidos por los practicantes vizcainos. "El nivel es alto aquí, como acaba de demostrar Eunate Agirre, que ha quedado la segunda del mundo, aunque la mayoría de los practicantes son hombres", explica. "Hay muchas competiciones en el circuito vasco y los premios están bien, pero vivir de su práctica, está al alcance de muy pocos. Mi marido es uno de ellos porque, entre la práctica y la fabricación, vive de lo que le gusta", indica la empresaria, que vende también en la tienda ropa surfera y skate, estilo streetwear. "El practicante es joven, a partir de 15 años. La mayoría trabaja, pero vive con sus padres, por lo que lo que gana lo destina a caprichos y ropa", asegura. "¿La crisis? En la tienda, debido al tipo de gente a la que nos dirigimos, no la estamos notando. Es un negocio que da para vivir, no voy a decir que bien ¿eh?", concluye.