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Cocinar con niños, pan comido

El cocinero zornotzarra Eneko Atxa y el profesor durangarra Andoni Lupiañez han cocinado a fuego lento un sabroso libro de recetas para elaborar en familia, con los más jóvenes como protagonistas.

LA combinación de dos palabras en euskera da nombre al nuevo libro Errazetak. Es decir, erraz significa fácil y errezetak, recetas. Con todo, Errazetak es una guía de recetas fáciles de cocinar. La novedosa publicación engordada en Durangaldea es obra de otra unión. En esta ocasión, la combinación de dos talentos: por un lado, el del profesor Andoni Lupiañez y, por otro, el del reconocido cocinero Eneko Atxa.

El de Durango y el de Zornotza acaban de sacar del horno un libro que hará las delicias de los padres y enriquecerán los paladares de los más pequeños de la casa.

Los dos jóvenes ofrecen en el menú del libro veintiún recetas "para cocinar, jugando con los niños", ingeniadas por Atxa. Además, recopilan quince cuentos infantiles ideados por Lupiañez. Doscientas fotografías a todo color ponen la guinda a este pastel.

Las tres mil primeras copias ya están en las librerías de toda Euskal Herria, al precio de 20 euros, a la espera de encontrar un hogar en el que el cocinar con los más pequeños sea pan comido.

Los promotores del innovador producto hacen hincapié en que serán todos los integrantes de la familia quienes aporten su grano de habilidad en la cocina. Madres, padres, niños y niñas tienen su hueco para emular a Eneko Atxa y, además, de una forma imaginativa y dulce.

"Partiendo de los productos de nuestros caseríos, estaremos dispuestos a elaborar un montón de comidas", proponen y abogan por transmitir a los jóvenes cocineros que la cocina no es o no debe ser pasto único de los padres. "A partir de ahora, la cocina será un lugar importante, en el que los chavales disfrutarán. De modo que, el juego y el deber serán uno", subrayan los promotores del libro.

Cocina con mimo

Porque comemos con la vista

El gusto por la cocina de Eneko Atxa se potenció en su propia casa, entre los pucheros de su ama y de su amama. La ilusión inicial fue cogiendo fuerza, como si de levadura se tratara, y puso rumbo a su sueño de ser cocinero.

Por ello, se matriculó en la Escuela de Hostelería de Leioa. Tras acabar sus estudios, trabajó en numerosos restaurantes: Baserri Maitea, Zaldua; Andra Mari, de Galdakao; en el de Martin Berasategi; en el Mugaritz, de Andoni Luis Aduriz, o en el Etxebarri, de Atxondo. Ha ido llenando su cesta de la compra de conocimientos y con la ilusión de no dejar de seguir aprendiendo, hasta el punto de llegar a ser un reconocido restaurador vasco.

Junto con Andoni Lupiañez reivindican en estos días la cocina como centro de comunicación de las familias que "se ha ido perdiendo, hasta el punto de que las cocinas de las casas hoy en día son enanas", lamenta Lupiañez.

En este lugar de la casa, si uno "mima" lo que cocina siempre le dará más importancia. "Además, siempre te va a saber mejor", agrega el educador.

Errazetak, además, ayuda a que los más pequeños de la casa ganen en sabores... "Está claro que comemos con la vista y, si a un niño le das unas verduras cortadas en juliana y con tempura y fritas, se las comerán al modo de patatas fritas", valoran. El objetivo final, por lo tanto, es que cada vez se coma mejor, hecho en familia y "compartiendo lo que has hecho durante el día".