En la Plaza Intermodal de Bilbao el gran árbol de Navidad que adorna la zona anuncia que las fiestas están a la vuelta de la esquina. Además, en las últimas semanas se ha sumado una gran churrería móvil y desde este pasado miércoles, la plaza la ocupan también 17 casetas pertenecientes a un mercado navideño de artesanía. En él se mezclan productos de moda, gastronomía y decoración para el hogar que ofrecen una colorida estampa por su vivos colores y también por los diferentes olores que se entremezclan.
Este mercado navideño abrió sus puertas este pasado 26 de noviembre y estará abierto hasta el próximo 20 de diciembre en horario de 10.00 a 13.30 por la mañana, y de 16.30 a 19.00 horas por las tardes. Organizado por la Asociación de Vecinos de Basurto, se ha convertido en una nueva alternativa de ocio en estas fechas.
Pasado el puesto de quesos y embutidos de Extremadura, Pablo Vera trabaja en nuevas creaciones de cuero. Este coruñés visita Bilbao por primera vez aunque cuenta con la experiencia de compañeros suyos que en verano estuvieron en la capital vizcaina. "Me han contado que les fue muy bien. Además, estamos en muy buen sitio por el metro, el autobús, el hospital... Aquí cada uno venimos a defender nuestro producto", cuenta.
Este marroquinero de Galicia lleva prácticamente toda la vida con el negocio y, cuando no trabaja en su taller de A Coruña, se dedica a recorrer los mercados y las ferias de artesanía el Estado. "En el País Vasco se valora mucho el cuero y la artesanía. La gente que conoce el producto lo sabe valorar y sabe que el precio va acorde al trabajo que hay detrás", explica este comerciante. En su caseta, en la que se pueden comprar, carteras, bolsos, portallaves o cinturones entre otros productos, Pablo Vera alterna la atención a los clientes con el trabajo de seguir confeccionando la artesanía que vende.
Lo que hasta ahora era únicamente un lugar de paso para miles de personas, a partir de ahora y durante las fechas navideñas será también una alternativa de ocio. Los bilbainos y visitantes que se acerquen por la zona podrán comer unos churros o unas castañas y aprovechar para facilitarle el trabajo a Olentzero con regalos originales y artesanos, apoyando así también al pequeño comercio.