Las bajas temperaturas han llegado a Bizkaia sin pedir permiso, con ese golpe seco que corta el aire y obliga a la ciudad a mirarse de frente. Las noches largas y gélidas cobran protagonismo y, aunque el Ayuntamiento de Bilbao aún no ha activado el protocolo de ola de frío, el dispositivo está en prealerta: educadores de calle avisados, recursos listos para ampliarse y la previsión de Euskalmet vigilada al minuto. Cuando la sensación térmica llegue a cero grados durante dos días consecutivos, se pondrán en marcha los refugios climáticos para personas con arraigo en la villa que duermen en la calle.
Un lugar cálido
De producirse la activación, se abrirían espacios de calor, se repartirían cafés y galletas, y se reforzarían los equipos que recorren Bilbao ofreciendo una salida cálida y temporal. Pero, como recuerdan quienes están a pie de calle, “muchos te dicen que no”. Hay decisiones que nacen desde dentro, incluso con el termómetro temblando.
Cifras que bailan
La red municipal cuenta con 594 plazas destinadas a personas sin hogar. A ellas se suman cerca de 600 personas localizadas institucionalmente, aunque advierten desde el Consistorio que las cifras bailan. “Hay muchos movimientos, algunos de paso. Tenemos claro que hay que dar solución, pero vienen muchísimos.”