“Todos sabemos por experiencia que las diputaciones forales pueden ser rápidas en ciertos asuntos, y en otros, quizás no tanto. El manejo de los tiempos ya no está solo en nuestras manos, hay otras instituciones implicadas”. Las palabras que pronunció el pasado martes el consejero socialista de Turismo del Gobierno vasco, Javier Hurtado, han servido a EH Bildu para alimentar la idea de un nuevo desencuentro entre PNV y PSE. Esta vez, el debate que está sobre la mesa es la implantación del impuesto turístico en la comunidad autónoma vasca, que está pendiente de un análisis con los municipios y de una norma foral. En realidad, Hurtado matizó inmediatamente después sus palabras ante una nueva pregunta de los medios de comunicación, que querían que aclarase si estaba haciendo un reproche a las diputaciones y las estaba acusando de dilatar a propósito los tiempos, de la misma forma en que las diputaciones han sido acusadas de demorar la aplicación del índice de precios de vivienda en las zonas tensionadas. Hurtado dio marcha atrás y aclaró que también el Gobierno es a veces más rápido con unas gestiones que con otras, para dar a entender que no estaba lanzando ninguna indirecta.

Sin embargo, EH Bildu ha incorporado desde el martes esta cuestión a su argumentario para desgastar a ambos socios, provocar otro choque, y proyectar que solo están de acuerdo en ocupar el gobierno. Este mismo viernes, tras una reunión de sus grupos junteros en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, su responsable de política institucional, Unai Urruzuno, cuestionó la voluntad del PNV. “Esta semana escuchábamos a un consejero del PSE culpar a las diputadas del PNV del retraso, mientras estas aseguraban que Eudel está trabajando en ello. Pues sentimos aguar la fiesta, pero eso no es cierto: sobre la mesa de Eudel no hay nada relacionado con la tasa turística”, lanzó.

¿El PNV lo bloquea? Alcaldes jeltzales también quieren la tasa

Trasladar que este debate lo bloquea el PNV sería una afirmación muy inexacta: hay alcaldes jeltzales que ya han alzado la mano para que se ponga en marcha, como el de Donostia, Eneko Goia, que incluso ha contabilizado que está perdiendo unos 8 millones de recaudación potencial. Este es un debate complejo, donde entran en juego el tamaño de los municipios, su capacidad recaudatoria y que tengan un turismo consolidado. También se ha producido una discusión sobre si el impuesto debía ser foral o revertir en cada municipio. Este viernes, cuando se le preguntó si esta es otra fricción entre PNV y PSE, la burukide Maitane Ipiñazar aclaró que las diputaciones no están ralentizando nada, sino que tienen que hablar con los ayuntamientos, necesitan tiempo para negociar con ellos y para hablar con Eudel porque se trata de que “tanto los municipios grandes como los pequeños puedan llevar a cabo la gestión” y que sea correcta, según dijo en Radio Euskadi. Pero Urruzuno dijo que PNV y PSE “dicen que hacen, pero acaban chutando el balón para, al final, no hacer nada”, como cree que hicieron “en vivienda, con el trazado del TAV, con el euskera y con la política migratoria”. Bildu se ampara en que el compromiso del Gobierno era activar este impuesto en seis meses y ese plazo ya ha pasado.