Antes de que el titanio del Guggenheim brillara junto a la ría, ya estaba allí Ultramarinos Gamazo, con sus quesos, legumbres y trato cercano.
El padre de Fernando Gamazo levantó este negocio en 1961, y hoy Ibai es la tercera generación a bordo del negocio. Los estudios en cine no le han quitado la ilusión por el negocio familiar.
"Aquí seguimos, con la competencia pegando fuerte, pero fieles a la calidad y a la gente del barrio”, afirman. Mientras Bilbao se reinventa, este ultramarinos recuerda que la autenticidad no pasa de moda.