El final de año viene cargado de celebraciones sociales y, más allá de fechas destinadas a comidas y cenas familiares, fijadas a fuego en los calendarios, las reuniones entre amigos son un gran filón para los establecimientos hosteleros. Los cotillones de Nochevieja vuelven a recuperar este año el esplendor previo a la pandemia con varias discotecas bilbainas que ya han conseguido colgar el sold out. Los precios suben para dar la bienvenida al año nuevo en fiestas cuya oferta musical no es especialmente singular y destacan, sobre todo, por el dress code de los asistentes. Sin embargo, el afán por tener garantizada una entrada a un local de moda es tal que la organización de eventos de carácter navideño se ha extendido a todo el mes gracias a los tardeos ideados específicamente para empresas o para días señalados como el sábado 28 de diciembre, entre la Navidad y la Nochevieja.
“Tenemos vendido un 80% de las entradas para Nochevieja, prácticamente todo, pero hemos dejado algunas en taquilla para los más rezagados”, explica Luis Ángel Rodríguez, gerente de la discoteca Moma, quien indica que comenzaron a despacharlas, hace ya mes y medio, por 20 euros y, progresivamente, fueron subiendo hasta los 30 euros. En todos los casos se canjea por una consumición. El responsable de la discoteca ubicada en Rodríguez Arias expone que decoran la sala y ponen una alfombra roja para la ocasión, en la que el local es frecuentado por los clientes habituales, aunque vestidos con trajes, en el caso de ellos, y con vestidos de fiesta, en el de ellas. “La gente lo está cogiendo con ganas”, asevera.
Pero más allá del tradicional cotillón, Luis Ángel Gómez destaca los tardeos que tienen previstos para las próximas semanas. “Están en auge, fomentan un ambiente muy limpio y no dan ningún problema, son mil veces mejores que la noche”, asegura el empresario hostelero sobre estas fiestas que comienzan entre las 18.00 y las 20.00 horas y finalizan hacia las 2.00 horas. “El 28 de diciembre, por ejemplo, tenemos una fiesta prevista en el anillo de San Mamés, con un aforo de más de 1.000 personas, organizada a través de Salseo”, revela Rodríguez, quien indica que se trata de un evento dirigido a un público mayor de 25 años. “Además, las entradas anticipadas para 14 de diciembre ya están vendidas desde hace un mes y la gente está comprando entradas para los tardeos de los sábados de enero”, declara.
Desde su amplia experiencia en la organización de tardeos, Ibon Costela, uno de los socios de la promotora Countdown Parties, asevera que diciembre es “muy potente” en la hostelería. “En el plazo de cuatro días hemos vendido las dos fiestas que hemos organizado para Nochevieja en La Ribera y Bombón Club”, indica el empresario que organiza diferentes tipos de fiestas en varias salas de Bilbao. “Tenemos bastante tirón y nos funciona rápido”, asevera sobre estos eventos que se difunden rápidamente por las redes sociales. No obstante, Costela reconoce lo siguiente sobre la Nochevieja: “Las entradas se venden muy rápido pero a la hora de la verdad, hay bastantes bajas. Mientras que el resto del año, cuando te compran una entrada, el 99% acude”. En casos de no asistencia, ajustan el aforo en taquilla.
Aunque para la mayoría de sus tardeos su política es “hacer eventos gratuitos por lista de invitados” –desde hace poco cobran cinco euros como fianza que, o se devuelven en la puerta, o se canjean en la barra–, en Nochevieja el precio de su entrada se asemeja más a la de otros locales. “Tampoco nos subimos mucho a la parra, porque no consideramos que sea una noche para vaciar los bolsillos de la gente sin ningún criterio”, expone antes de puntualizar que el incremento viene dado por el aumento de los gastos: “los camareros, el personal de seguridad y los DJs cuestan más”. Ese es el principal motivo por el que sus cotillones alcanzan los 30 euros, en los que se incluye una copa como consumición.
En cualquier caso, Ibon Costela confirma que la época navideña les permite estructurar otro tipo de eventos, más allá de los específicos que celebran por determinadas franjas de edad. “El año pasado vimos que no había fiestas o eventos concretos para empresas. Y este año hemos comercializado algunas bajo el nombre Interempresas”, expone sobre las fiestas que organizan mañana y el 20 de diciembre. “Veíamos que la gente salía de comida o de cena de Navidad y se dispersaba porque no sabía a dónde ir. De esta manera, se hace un llamamiento y entran grupos muy grandes, que tienen garantizada la fiesta”, concluye el socio de Countdown Parties.
En la periferia
El gerente de la Sala Sonora, Diego Maestre, confirma que después de varios años en los que la pandemia ha provocado que la gente prefiriera “estar en la calle o quedarse en su barrio” para celebrar la Nochevieja, “parece que la dinámica está volviendo a cambiar”. En ese sentido, revela que ya han vendido más de 1.000 entradas de las 1.400 que pueden despachar según su aforo. “Faltan tres semanas y estamos muy contentos con las ventas. Este año hemos ajustado y mejorado la oferta”, indica el empresario, quien apunta que en los años siguientes a la crisis sanitaria los precios subieron muchísimo. “Incluso algún local de la competencia llegó a vender entradas por 75 euros. La gente bromeaba a ver dónde tenía que pedir un préstamo”, bromea. Las entradas para acudir al cotillón de la Sala Sonora cuestan 45 euros, en los que se incluyen cuatro copas. “Y por ampliar la oferta, a quienes vengan el 3 y 6 de enero, se les ofrecerá una copa”, concreta.
En lo que respecta a la música, asevera que su seña de identidad es la electrónica. “Pero es verdad que en Nochevieja los cachés de los artistas con los que normalmente trabajamos se disparan y su programación resulta menos rentable”, matiza. Por ello, manifiesta que para la madrugada del 1 de enero su oferta estará basada en el reguetón, con una mezcla de grandes éxitos, y ya en la segunda sala habrá electrónica. En lo referente a la indumentaria, Maestre concreta que en esa noche señalada la gente cuida más su vestimenta y, de hecho, se les invita a ello en redes sociales. “Es decir, no hay chándales ni camisetas, son todo politos, camisas, chaquetas, vestidos... Es una noche especial y la gente lo sabe”, corrobora.
Los cotillones para dar la bienvenida al año en salas céntricas de la ciudad como Crystal o Kafe Antzokia ya han colgado el cartel de sold out. Sin embargo, aquellos sin entrada aún pueden adquirirlas en la discoteca Fever, en Bolueta. “Es la sala con más aforo de Bilbao, con capacidad para 1.500 personas”, apunta Anky Jales, encargada de eventos de Fever, quien pronostica que, como otros años, estarán casi al completo. “Las entradas tienen un coste de 35 euros, con dos consumiciones, pero se venden entradas VIP a 300 euros, que dan acceso a seis personas a un reservado con botella de champán y alguna que otra sorpresa. Hay unas 15 o 20 mesas VIP”, matiza Jales, quien expone que la Fever es “un club con tres clubs dentro”. Ello les permite que la oferta musical sea de lo más variada: en una habrá reguetón, en otra electrónica y, en la tercera, afro house.
Precios
35€
Es el precio medio para asistir a un cotillón de Nochevieja. En la discoteca Moma, por ejemplo, comenzaron a vender las entradas por 20 euros y han subido progresivamente a 30 euros. En la Sala Sonora, por su parte, se venden a 45 euros, en los que se incluyen cuatro copas.
Las claves
Recuperación. La Nochevieja recupera el esplendor de antaño después de que en los años inmediatamente posteriores a la pandemia experimentara un bajón debido a que los jóvenes preferían “estar en la calle o quedarse en su barrio”.
Factor tardeo. La celebración de tardeos, habituales en todo el año, no solo no se reduce en navidades, sino que se incrementa. Los promotores aprovechan para organizar eventos específicos para empresas, como el caso de Countdown Parties.