No hay un solo distrito en Bilbao que se libre de tener puntos de inseguridad, ni los barrios más céntricos y con la renta más alta ni los más periféricos y más humildes. De hecho, el Estudio de Percepción de Seguridad y Victimización de 2023 elaborado por Ikerfel como uno de los compromisos del Pacto por la Seguridad –ratificado este año hasta 2027 por todos los partidos salvo el PP– revelaba que el 81% de los bilbainos encuestados no cambiaría de barrio por razones de seguridad. Los motivos que generan inseguridad en estos puntos son tan diversos como los barrios en los que se identifican. Sin embargo, en respuestas a preguntas al pleno llevadas a cabo por los populares el mes de octubre, desde el Área de Seguridad detallan algunas actuaciones destacadas en las que se repiten algunas causas: desde asentamientos de personas que generan suciedad, hasta altercados provocados por el ocio nocturno o robos en vehículos estacionados en la calle.
Distrito 1
Deusto
En el Paseo del Canal, por ejemplo, se hace alusión al “gran número de bicicletas a gran velocidad”, lo que ha motivado que se proponga al Área de Movilidad la ampliación del bidegorri, aunque finalmente ha sido rechazada. Finalmente, se opta por una vigilancia especial y tras un periodo de concienciación, se sanciona a los infractores. Otros puntos peliagudos son el paso subterráneo de Pío X, las galerías de Deusto o las escaleras bajo el Puente de Deusto, así como las zonas oscuras de Zorrotzaurre o la zona deportiva Eugenio Olabarrieta.
En Zorrotzaurre se detectan varios inmuebles okupados. En Avenida Galleteras se procedió al tapiado de un caserío tras avisar con antelación a los moradores. Posteriormente se gestionó el alojamiento de 12 personas en un albergue municipal. Paralelamente, en el número 12 del ramal de Olabeaga también se tuvo que actuar por una okupación y defraudación de fluido eléctrico que provocaba “peligro de incendio”.
En San Inazio se alude a la calle Estrada More por la falta de iluminación y la limpieza de zarzal, así como el parque Sarriko por la práctica de botellón o las inmediaciones de la Plaza Ibarrekolanda, por el consumo y tenencia de estupefacientes.
Distrito 2
Uribarri
Alrededor de Etxezuri, a la altura del número 12, se detectan “asentamientos” que generan daños en bienes públicos y privados, que se mejoran con una vigilancia activa. En la misma línea, en Maestro Damián González, están a la espera de llevar a cabo las mismas modificaciones urbanísticas que han evitado la pernoctación de personas sin hogar en los accesos al parking de El Arenal. En Vía Vieja de Lezama se registran robos de coches mientras que en la Travesía Anselma de Salces se solicita la presencia policial por delitos contra la salud pública.
En lo que respecta a Arabella, a la altura del 121 de Zabalbide se procedió al cierre de unos bajos del centro educativo tras un protocolo activado por los Servicios Sociales. Otras zonas de percepción de inseguridad son Camino Atxetabidea, por su potencial riesgo, así como el Depósito de Aguas, por el robo de vehículos o la práctica del botellón.
Distrito 3
Otxarkoaga / Txurdinaga
En el tercer distrito los túneles bajo Jesús Galíndez, Artazuriña y Artalandio, en el camino desde Lozoño al Parque Europa, son detectados como zonas de potencial peligro. El citado parque también se menciona como un espacio en el que es habitual que la gente se reúna para la práctica de botellón y, como consecuencia, son frecuentes los actos incívicos.
Otxarkoaga tampoco se libra de los asentamientos, que generan “suciedad y sensación de inseguridad”. En el parque infantil de La Fraternidad y en los aledaños, se activó un protocolo de actuación con los Servicios Sociales y se trabajó con el Servicio de Limpieza y Jardinería para evitar las zonas oscuras que facilitaban estos asentamientos.
Distrito 4
Begoña
En lo que respecta al cuarto distrito, se identifican como zonas de potencial riesgo tanto el parque Etxebarria, en su acceso desde Amadeo Deprit a Zumalakarregui, así como el Grupo Sagarminaga, el acceso desde Pintor Losada.
En Santutxu se pormenorizan algunos de los puntos calientes, en su gran mayoría por actitudes incívicas, consumo de alcohol y drogas y delitos contra el patrimonio. Es la situación que se detecta en Fika 70, Iturribide 119 o Indalecio Prieto 11, donde “se realiza vigilancia policial intensiva y hay una actuación habitual del servicio de limpieza”. También es frecuente que los locales de hostelería de las galerías Karmelo 5 incumplan la normativa. Además, en Juan de la Cosa, a la altura del 28, se llevan a cabo vigilancias intensivas por el “menudeo” de drogas.
Distrito 5
Ibaiondo
En las inmediaciones de las calles Dos de Mayo, San Francisco y Cortes, se efectúa vigilancia de locales que funcionan como after, lo que genera “sobre todo problemas de convivencia”. Desde Seguridad aseveran que se han llevado a cabo “detenciones e imputaciones, además de ocupaciones de drogas y armas”. A escasa distancia, en la zona de Cortes y Zabala se detectó venta ambulante “de productos extraídos de los contenedores”, lo que ha motivado un aumento de presencia policial. “Se han realizado 17 denuncias por venta ambulante sin licencia y 51 decomisos”, detallan.
En lo que se refiere al Casco Viejo, las Calzadas de Mallona son una zona de vigilancia habitual por robos y hurtos. Por el mismo motivo, aunque teniendo a los turistas como objetivo, también se ha incrementado la cautela en la zona de La Ribera. Además de Iturribide, se citan las escaleras de Solokoetxe, la Plaza Unamuno, el puente de San Antón, la confluencia de Esperanza con San Nicolás o la calle Prim.
Distrito 6
Abando
Los puntos de inseguridad detectados en Abando están relacionados principalmente con el ocio nocturno, al contar con el mayor número de locales de hostelería. Así, se precisan “congregaciones de personas, en ocasiones bajo la influencia de diversas sustancias, lo cual propicia que sean zonas de delitos de lesiones, contra el patrimonio y contra el orden público”. Para abordar esta problemática, se implementó un plan específico que se circunscribe a espacios como Jardines de Albia, San Vicente, Uribitarte, Plaza Pío Baroja, Isleta... en Abando y Licenciado Poza, Alameda Urquijo, Doctor Areilza, Estraunza, Maestro García Rivero... en Indautxu. La actuación se centra en prevenir y perseguir el delito, pero también en la vigilancia y el control del cumplimiento de la normativa en relación a los locales de hostelería, limpieza urbana, seguridad ciudadana o espacio público.
Distrito 7
Rekalde
Varios pabellones industriales de la zona de Rekalde, donde se está abordando una actuación para favorecer su uso residencial, han sido objeto de okupaciones. Es el caso de la nave situada en el número 6 de Severo Unzue, que fue tapiado tras la identificación de sus okupantes, y de la ubicada en el 13 de Moncada, que tras contactar con los propietarios están a la espera del permiso para derribar el edificio.
En lo que respecta a Irala, tanto la plaza La Casilla como sus inmediaciones son percibidas como zonas de inseguridad “por presencia de personas sin hogar”. Asimismo, en la plaza Zabalburu y en Autonomía se han avisado de hurtos en supermercados, lo que ha propiciado una vigilancia, sobre todo por las tardes, de patrullas proactivas.
Distrito 8
Basurto / Zorrotza
Al tratarse de un punto de tránsito “intenso” de personas y vehículos con equipajes, en la zona de Gurtubay y la Intermodal son habituales los robos. “Se lleva a cabo vigilancia continuada, con agentes uniformados y de paisano, en ocasiones con el apoyo de los canes de la Inspección de Refuerzo Táctico”, aclaran. Además, en Olabeaga se han detectado robos en vehículos en el parking y el paso subterráneo del túnel de la Estación de Renfe genera inseguridad, principalmente de noche. En ese sentido, se ha llevado a cabo una comprobación del funcionamiento de los elementos de seguridad, como cámaras de videovigilancia o espejos convexos para ángulos muertos.
En el caso de Zorrotza, las agresiones y desavenencias en el instituto, además del “trapicheo” a las puertas del centro, han provocado una vigilancia continuada de agentes de paisano y uniformados. En el mismo barrio, una okupación en el número 33 del Grupo Zazpilanda ha generado un conflicto vecinal que actualmente está judicializado. “Se mantiene una comunicación estrecha con los vecinos, lo que ha permitido evitar la okupación de más viviendas”, concretan.