Los vecinos de Zazpilanda comienzan a respirar tras nueve años de ruido, gritos y peleas a raíz de una familia conflictiva que se encontraba okupando un piso de este barrio de Bilbao. La Policía Municipal consiguió tapiar los bajos y de esta manera evitar que otras personas los okupasen nuevamente. Lo hicieron después de que esta familia se viera obligada a abandonar el edificio por rencillas con otra familia de la zona. “Prácticamente les han echado”, explican los vecinos.
Una vez se fueron, pensaron que no iban a verles más, pero cuál fue su sorpresa cuando vieron a uno de los miembros de la familia en la televisión tras el tiroteo de Burtzeña, en Barakaldo, en el que murió un joven. “Cuando le vimos ahí, junto a los familiares de las personas implicadas pensamos: de la que nos hemos librado”, cuentan. Y es que, lo que sufren ahora los vecinos de Burtzeña, lo han estado padeciendo ellos casi una década. Aseguran que “si no hubiera sido por los municipales”, no hubieran aguantado.
Vendieron las llaves del piso okupado por 1.500 euros
Los vecinos recuerdan con claridad como el 21 de septiembre a las 9.00 horas la familia salió del portal número 33 para nunca volver. Respiraron, aunque no por mucho tiempo porque al de unas horas ya había otra familia okupando la vivienda. Según cuentan los vecinos, les habían vendido las llaves del piso por 1.500 euros, pero no duraron mucho dentro ya que con menores no podían vivir en las condiciones insalubres en las que se encontraba la vivienda. “Los municipales estuvieron todo el fin de semana por la zona evitando que nadie se volviera a meter y cuando por fin localizaron a la dueña del piso procedieron a tapiar puertas y ventanas”, recuerdan.
Desde el Ayuntamiento de Bilbao cuentan que la problemática de Zazpilanda se ha estado abordando durante diez años a través de una “estrategia coordinada” entre los equipos de Gestión de Conflictos del Observatorio de la Convivencia del Consistorio, el área del acción Social y Surbisa. La recuperación de los pisos okupados, señalan, se ha conseguido a través de una "estrategia coordinada" con los propietarios de las viviendas y un contacto estrecho con los vecinos y vecinas del barrio.
Nuevas estrategias para reforzar la seguridad
“Conscientes de la situación, además, desde la Policía Municipal se ha implementado un Plan de Acción Policial, dirigido a profundizar en el abordaje de este problema, revisar las actuaciones desarrolladas hasta el momento y poner en funcionamiento nuevas estrategias que permitan reforzar la seguridad y proporcionar seguridad a las y los vecinos”, explican desde el Ayuntamiento.
Los propios vecinos agradecieron el trabajo de los agentes cuando denunciaron en este periódico hace meses su situación, y tras haberse mejorado su calidad de vida al ver marchar a esta familia, no dudan en reiterar su palabras de agradecimiento. “Han venido siempre que se les ha llamado y a día de hoy continúan viniendo para comprobar que no se haya metido nadie en las viviendas tapiadas”, explican. “Muchos dicen que no salen de los coches, que solamente se pasean y aquí hemos vivido todo lo contrario. Han estado siempre que se les ha necesitado y han hecho un trabajo excepcional”, señalan.
Ahora, con la calma recuperada en el barrio, solo esperan conocer qué es lo que se va a hacer con el edificio que cuenta con más okupaciones ya que se encuentra en “unas condiciones de insalubridad terribles”. “Han tirado tabiques, tienen pinchada la luz… es un desastre de vivienda y si no estuviera en medio de otros dos edificios seguramente se hubiera caído ya porque lo tienen destrozado”, señalan.