El horizonte para evitar que el calentamiento global provoque una catástrofe irrevocable parece estar fijado en 2030, fecha en la que se han marcado varios propósitos para reducir los gases más contaminantes a nivel europeo. En ese sentido, el Ayuntamiento de Bilbao trabaja en varias líneas. La más conocida, probablemente, sea la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) que ha entrado en vigor esta semana para eliminar del centro de la ciudad a los vehículos menos respetuosos con el medio ambiente. Sin embargo, además de en la movilidad urbana, también inciden en el ámbito residencial. Así, el área de Sostenibilidad se ha propuesto disminuir el consumo de gasóleo C de calefacción en los próximos años. De cara a 2030, Bilbao deberá sustituir 400 salas y 700 calderas de gasóleo por otros combustibles más sostenibles.  

Nora Abete, concejala de Movilidad y Sostenibilidad, ha firmado este miércoles un convenio con el objetivo de eliminar los hidrocarburos líquidos en el consumo energético residencial. Lo hizo con representantes de asociaciones de fabricantes, instalaciones y mantenedores de calderas de uso doméstico, y con el colegio de administradores de fincas de Bizkaia. Tras la firma, la edil apuntó “la importancia de la colaboración entre todos los agentes implicados para acelerar en todo lo posible la eliminación de este tipo de combustibles contaminantes en el consumo residencial de la ciudad”, por lo que valora positivamente este convenio. 

“Hay que cambiar las calderas por una cuestión legal, pero también medioambiental”

Víctor Trimiño - Director de Sostenibilidad

“Hay que cambiar las calderas por una cuestión legal, pero también medioambiental”, explicó Víctor Trimiño, director de Sostenibilidad, quien recalcó que cuando se sustituyan las 400 salas y 700 calderas de gasóleo que actualmente hay en Bilbao, se conseguirán reducir 600.000 toneladas de CO2 al año. “Son datos brutos, con una serie de aproximaciones”, revela el Trimiño en relación al cálculo de ahorro de emisiones teniendo en cuanta que esas calderas susceptibles de ser sustituidas se reemplazan con lo mínimo obligado por la ley. “La norma marca el fin del uso de hidrocarburos líquidos para 2030, es decir, acabar con las calderas de gasóleo”, recuerda el director de Sostenibilidad tras la firma del convenio para impulsar un Plan renove de las salas de calderas de gasóleo del municipio de Bilbao.

En ese sentido, recuerda que, si bien, el objetivo final debe ser transitar hacia sistemas de energía totalmente limpios y renovables, es decir, a sistemas de aerotermia, a menudo no es posible porque aún no se ha alcanzado la “madurez tecnológica” necesaria. El término medio sería el gas natural. “Si el tránsito total no se puede dar, apostamos por pasar a calderas de gas que implican una reducción de emisiones de más del 50%, de casi un 60%, con respecto a una caldera de gasóleo. Es una etapa intermedia, no el objetivo final, pero evidentemente es una mejora sustancial”, destaca el director.

Porque llegar a energías completamente limpias es complicado no solo por el elevado coste de implantar estos sistemas, sino por una cuestión de espacio. “Requieren de volúmenes que, a día de hoy, es difícil de asumir”, expone Trimiño, quien desconoce cuántas sistemas de este tipo puede haber instalados en la ciudad. En cuanto a las calderas de gasóleo, revela que están diseminadas por toda la ciudad, aunque principalmente se ubican en las comunidades con más antigüedad del parque inmobiliario de la ciudad.

Convenio

El convenio lo han suscrito, junto al área de Movilidad y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Bilbao, la asociación empresarial de fontanería, gas, saneamiento, gas y calefacción de Bizkaia (AFONVI), la asociación de instaladores de calefacción, ventilación y aire acondicionado de Bizkaia (AIMBI), la asociación de mantenedores de calor frío (AMICYF) y el colegio territorial de administradores de fincas de Bizkaia. Se trata de un acuerdo que está abierto a la participación de otros agentes del sector e involucrados en el proceso de instalación y uso de las calderas para calefacción y/o agua caliente sanitaria residencial.

“El compromiso que hoy asumimos no es una sola actuación, forma parte de un conjunto de acciones”

Nora Abete - Concejala de Movilidad y Sostenibilidad

En ese sentido, Trimiño destaca que antes de la firma del convenio ya existían de Surbisa, del área de Regeneración Urbana, así como otras administraciones públicas como el Ente Vasco de la Energía que dan ayudas para la implantación de sistemas de energías renovables. “Con este convenio no es que haya nuevas ayudas, sino que se busca difundir esas ayudas y facilitar el acceso a las ayudas y dar más facilidades a las comunidades. Crear una serie de sinergias o de coordinación con empresas del sector para agilizar los trámites y facilitar la interconexión entre sectores, porque al final intervienen los instaladores, los distribuidores...”, manifiesta el director de Sostenibilidad, quien considera que se trata de facilitar el tránsito a los ciudadanos creando una ventanilla única a la que puedan acudir.

“El compromiso que hoy asumimos como Ayuntamiento, no es una actuación aislada, sino que forma parte de un conjunto de acciones y de una estrategia integral decidida a acelerar la descarbonización de nuestra ciudad y alcanzar la neutralidad climática”, afirma Nora Abete en relación a los pasos que se están dando desde el Consistorio. En ese sentido, el director de Sostenibilidad apunta que se están llevando a cabo diferentes actuaciones “que no están aisladas unas de otras, sino que son complementarias”. Por ello, asevera que además de los dos sectores que más incidencia tienen en este sentido, que son el del transporte y el residencial, destacan también “los relacionados con el servicio terciario, que está teniendo un impacto importante en cuanto al consumo energético”.

COLABORACIÓN PÚBLICO PRIVADA

Medidas necesarias. El propósito del convenio firmado este miércoles es constituir un instrumento de gestión y canalización de la colaboración entre las empresas y la administración municipal para facilitar a las comunidades de propietarios la renovación de sus instalaciones de calefacción y/o agua caliente. Según evidenciaron desde el Ayuntamiento de Bilbao, en este sentido, para llevar adelante las políticas y las medidas necesarias para la transformación de las salas de calderas de gasóleo es “imprescindible” la colaboración y coordinación de los diferentes agentes implicados: las comunidades de propietarios, el sector público y el ámbito económico. Todos deben de estar implicados en la consecución de los objetivos.