Ya falta menos para que la Fiscalía Provincial de Bizkaia estrene su nueva casa. El histórico edificio ubicado en el número 9 de la calle Henao, que durante décadas albergó la Cámara Oficial de la Propiedad Urbana de Bizkaia, será a todos los efectos la sede de este órgano judicial antes de que concluya el presente 2024. El 1 de diciembre debería estar materializado el traslado que, de forma paulatina, llevará a 65 profesionales a su nueva ubicación.

Apenas queda ya dotar a las instalaciones de mobiliario y completar los últimos remates para dar por concluido un proceso arduo y largo que arrancó hace casi siete años. En octubre de 2017 se dio inicio a las obras de rehabilitación del edificio, que tras la desaparición de la Cámara de la Propiedad Urbana de Bizkaia en 2006 pasó a ser propiedad del Gobierno vasco. El plazo de ejecución inicialmente previsto era de 42 meses (tres años y medio), pero diversas razones llevaron a que los trabajos en la estructura exterior se prolongaran hasta abril del pasado 2023.

Edificio protegido

La condición de edificio protegido y el estar alzado sobre un solar de reducidas dimensiones y colindante con varios bloques residenciales en pleno Ensanche bilbaino eran dificultades ya conocidas desde un principio. Lo que no entraba en los planes era el azote de la pandemia de covid que echo por tierra todas las previsiones. A ello hay que añadir dos modificaciones obligadas del proyecto, una de ellas por un eventual cambio de uso del edificio a funciones meramente administrativas que no llegó a prosperar, pero que dilató en un año la espera. Y también se han concedido tres ampliaciones de plazo, las dos últimas de forma consecutiva, de tres meses de duración cada una, debido a problemas de suministros.

Una vez finalizadas las obras de la fachada exterior en abril del año pasado, de las cuales se encargó la constructora Adolfo Sobrino, hubo ocho meses de inactividad hasta que el pasado mes de enero, tras la formalización de un contrato independiente, se adjudicó la adecuación interior del inmueble, trabajos que está culminando en estas semanas Construcciones Castellano. La última fase, prevista para iniciarse tras el verano, sería el montaje de los puestos de trabajo con la instalación del mobiliario.

También las cantidades económicas contempladas de inicio han sufrido variaciones debido a los inconvenientes sufridos desde el comienzo de las obra, hace casi siete años. Inicialmente presupuestadas en 10.897.655 euros y adjudicadas en 7.181.555 €, los costes finales de las obras en la estructura exterior se elevaron hasta los 11.333.699 €.

Retos complicados

Dos fueron los principales retos a afrontar en esta primera fase. El más complicado fue la habilitación de cinco sótanos que no existían anteriormente. “Había que excavar con mucha paciencia, ya que se trata de un solar muy pequeñito entre viviendas del Ensanche. Fue un proceso muy lento, ya que tienes que ir anclándolo con muros pantalla”, comenta Patxi Corcuera, del estudio CooperaCtiva Arquitectura, encargado del proyecto y dirección de obra.

Patxi Corcuera, arquitecto del estudio encargado del proyecto y la dirección de obra. Pankra Nieto

El otro gran desafío fue la fachada exterior. Al tratarse de un edificio protegido, la intención inicial de la Comisión de Patrimonio del Ayuntamiento de Bilbao era mantenerla en su integridad. Pronto se dieron cuenta de que sería imposible. La causa: la mala calidad de la ampliación realizada en 1944, cuando, coincidiendo con su conversión en sede de la Cámara de la Propiedad Urbana, se levantaron sobre la construcción de dos plantas otras cuatro más superiores. “El muro de carga lo componían dos tabiques muy finos de ladrillo, con las condiciones de seguridad actuales era muy complicado mantenerlo”, detalla Corcuera. Por ello, se optó por derribarlo, levantar un nuevo muro de hormigón armado y, sobre él, colocar reproducciones de las molduras y los elementos ornamentales realizadas en materiales modernos.

Así, la imagen exterior del señorial inmueble no ha variado, salvo por la habilitación de tres puertas de acceso realizadas en madera y acero inoxidable. La puerta original del acceso principal ha quedado como un “elemento arqueológico”, pero sin funcionalidad, en el hall de entrada.

En cambio, en su interior, la transformación es total. En el subsuelo, están las citadas cinco plantas de sótanos. La superior (-1) albergará oficinas. Las cuatro inferiores darán cabida a los archivos. Una (la -2) será el archivo vivo, para expedientes abiertos, y las otras tres están reservadas para guardar los casos cerrados. La pretensión de incluir un aparcamiento quedó inmediatamente desterrada ya que las superficie de la planta, de solo 360 metros cuadrados útiles, lo hacía inviable.

Por encima, además de la planta baja, se han reconstruido las cinco plantas superiores y se ha habilitado un nuevo espacio bajo cubierta, que acogerá la sala de reuniones de los fiscales. Por debajo de esa planta noble se distribuirán las diferentes oficinas y despachos, para los que se reserva el perímetro exterior, bien iluminado de forma natural por contar con muchas ventanas. El núcleo interior del inmueble contendrá las escaleras de servicio, los ascensores y un patio de luz interior que aportará también una ventilación natural.

El doble de espacio

Estas obras de adecuación interior del edificio, aún no concluidas del todo, fueron adjudicadas por valor de 950.430 euros, mientras que la concesión para el mobiliario se cifra en 685.087 euros.

Con todas estas actuaciones, se ha logrado doblar la capacidad del edificio antiguo, pasando de 2.406 metros cuadrados útiles a 4.990. Una necesidad perentoria, ya que los espacios dedicados a los diferentes servicios judiciales en Bilbao están en la actualidad “colapsados”, según reconocen desde el área de Obras y Construcciones del Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno vasco. La premura aumenta debido al compromiso de que para el 30 de diciembre esté operativo un nuevo Juzgado de Primera Instancia que se ubicará en la segunda planta del Palacio de Justicia del Jardines de Albia, ocupada en la actualidad por personal de la Fiscalía de Bizkaia.

Menores y Superior se quedan en su sitio

Al renovado inmueble de la calle Henao vendrán los trabajadores de la Fiscalía Provincial de Bizkaia a excepción de los de la Sección de Menores, que permanecerán en las instalaciones de la calle Barroeta Aldamar, y los de la Fiscalía Superior, que seguirán ubicados en el Palacio de Jardines de Albia.

Y aunque inicialmente serán 65 los empleados de Fiscalía que se asentarán en la nueva sede, esta tendrá capacidad para 85 puestos de trabajo, en previsión de que las necesidades crezcan a medio plazo, como vienen haciéndolo desde hace años. En esa línea está la reciente adquisición por 41 millones de euros del Edifico Mapfre para albergar un nuevo Palacio de Justicia, cuyas obras de construcción arrancarán en el tercer o el cuarto trimestre del presente año y están adjudicadas por más de 22 millones de euros a la UTE constituida por las empresas de construcción Adolfo Sobrino y Altuna y Uria.

Un edificio con mucha historia

La nueva sede de la Fiscalía Provincial de Bizkaia tiene mucha historia. No en vano, es la primera edificación que se instaló en el Ensanche de Bilbao. Es obra de Julio de Saracíbar, quien fuera arquitecto municipal durante el último cuarto de siglo XIX e incluso concejal del consistorio. Y cuando se proyecta la ambiciosa ampliación de un urbe en plena expansión económica y demográfica, él se convierte en pionero al ser al levantar la primera construcción en esa zona.

Saracíbar erige en 1879 una sobria y elegante villa entre las que serían las calles Henao y Ercilla compuesta de semisótano, planta principal y primera. En 1883 se le añaden un par de torreones y en una posterior reforma, en 1904, se habilita una capilla y una nueva entrada en la calle Henao. En este portal lucían cuatro columnas que hoy en día reposan en la rotonda que remata el torreón central del nuevo edificio.

Este torreón que preside la esquina entre Henao y Ercilla es parte de la ampliación experimentada en 1944 por la ‘Casa Saracíbar’, transformada por completo. Es entonces cuando se convierte en la sede de la Cámara de la Propiedad Urbana de Bizkaia, cuyas oficinas se instalan en las dos plantas originales. Por encima se elevan cuatro nuevas plantas destinadas a viviendas para los empleados de este organismo. Ahora, la historia construcción adopta una nueva vida.