Euskal Trenbide Sarea ha sacado ya a licitación la redacción del proyecto constructivo para llevar el tranvía a Zorrotzaurre. El documento, que definirá al detalle cómo llegará el tren ligero al barrio de Olabeaga y la antigua península, tiene un plazo de ejecución de dos años, por lo que, si todo marcha bien, esa hoja de ruta definitiva debería estar lista para 2026. Una vez que se tengan definidos todos los detalles de la obra, será el momento de sacar a licitación el tajo en sí y entrar a trabajar sobre el terreno.

La ampliación se ha planteado como un ramal de prolongación, en forma de Y y con doble vía, desde la rotonda de Euskalduna, permitiendo de este modo las circulaciones con origen en Zorrotzaurre y destinos tanto sentido Atxuri como La Casilla, y viceversa. En su discurrir hasta la antigua península, el trazado contará con una parada para dar servicio al barrio de Olabeaga y, tras sobrevolar el cauce de la ría, cuatro apeaderos más en los terrenos de la isla.

Dentro del proyecto constructivo, serán varios los aspectos que se deberán analizar y definir. Por una parte, está la tipología de la estructura con la que el tranvía cruzará la ría para desembarcar en la isla, que será fija pero que tendrá que tener en cuenta, entre otros aspectos, su integración en el entorno, el método constructivo, los condicionantes del tráfico de la ría o cómo será su llegada al otro lado del cauce.

También se determinará la mejor ubicación para la parada de Olabeaga, un barrio que ganará población en los próximos años con los desarrollos urbanísticos previstos. Se situará bien sobre el puente, en el tramo recto de cruce de la ría, o sobre el entramado urbano y orografía existente, tal y como se planteaba en el estudio informativo, teniéndose que definir los accesos y su compatibilidad con los usos peatonales y de bidegorri previstos en este entorno. También se tendrán que detallar cómo mejorar la accesibilidad de la nueva parada con la calle o vial actual a nivel de la ría.

Con la entrada en servicio de este nuevo ramal, que tendrá sus propias infraestructuras y también supondrá la entrada en servicio de más unidades, la infraestructura energética actual quizá no sea suficiente. Por ello, se deberá estudiar si es necesario habilitar alguna subestación adicional o adecuar las que están actualmente en servicio.

El proyecto establecerá también las medidas correctoras para minimizar los efectos sobre el medio ambiente. En este ámbito, se dará especial importancia a las molestias acústicas que puede generar el tranvía, tanto en la fase de construcción del ramal como cuando entre en servicio. Para ello se realizarán estudios acústicos específicos, y se analizará las mejoras que se podrían implementar en la superestructura para mejorar el aislamiento acústico y de vibraciones en los puntos donde sea necesario.

Finalmente, quedan por definir también la ubicación de las paradas o el diseño arquitectónico de las marquesinas y sus elementos auxiliares, optimizando la ocupación del tranvía.