Aún falta tiempo para concretarse, pero el muelle de Zorrotza se convertirá dentro de unos años en las instalaciones de Bilbao donde atracarán grandes embarcaciones y barcos de porte alto como los veleros que arriban hoy en día a las inmediaciones del Itsasmuseum ubicado al lado del puente Euskalduna.

Así lo adelantó Asier Abaunza, concejal del Área de Planificación Urbana, Proyectos Estratégicos y Espacio Público, a los vecinos del barrio del Zorrotza en una charla informativa sobre la actuación urbanística que se acometerá durante la próxima década en la península de Punta Zorrotza. Una decisión obligada ante la futura construcción de los dos puentes prevista para unir la isla de Zorrotzaurre por encima del cauce de la ría con Olabeaga y el propio barrio de Zorrotza.

La decisión municipal explicada por el concejal prevé que ambos viaductos se construyan fijos y a una altura sobre la lámina del agua similar a la que tiene en la actualidad el mencionado puente de Euskalduna, último punto hasta donde pueden llegar en la actualidad este tráfico naviero.

Una distancia, denominada también gálibo, que no llega a los seis metros en pleamar y que impedirá la navegación de buques de gran porte aguas arriba. Abaunza se explayó en las consideraciones técnicas y económicas que han determinado la decisión municipal de tender las dos pasarelas sin la posibilidad de abatamiento o giro de sus tableros como solicitaron algunos vecinos.

La clave del tranvía

La primera fue que “los dos puentes darán servicio al tranvía” lo que supone que las soluciones técnicas que se podrían buscar para construir un puente móvil “son muy complejas y costosas”, tanto a la hora de construir el ingenio como en su mantenimiento posterior. Mientras que el paso entre Olabeaga y la isla además del tranvía tendrá uso peatonal y para bicicletas, en la conexión con Zorrotza las previsiones es ensancharlo más para acoger además un carril en cada sentido para el tráfico rodado de vehículos. De hecho, el apoyo sobre que se asentará el puente ya está construido en la isla y prevé esa anchura para las movilidades descritas.

En estas circunstancias influye sobremanera el hecho de que las vías y el tendido eléctrico del tranvía transcurrirá por la plataforma con los posibles problemas técnicos y de seguridad que pueda suponer a la hora de circular por un puente con sus partes móviles.

La otra razón es la económica. Tanto su diseño y tendido como conservación posterior sería muy costosa, dijo el edil, “si tenemos en cuenta el uso” que se les iba a dar a esos puentes movibles. Abaunza cifró en “unos ocho barcos de gran porte” los que de media suben cada año hasta el Itsasmuseum, una cantidad que consideró insuficiente ya que “son los buques que menos llegan y componen una pequeña parte de la navegabilidad de la ría”. De hecho, el tráfico de embarcaciones por la ría lo protagonizan de forma mayoritaria embarcaciones de recreo, motoras sin arboladura y los barcos turísticos que pasan sin problema alguno por debajo del puente de Euskalduna y en un futuro por los dos viaductos por tender.

Vista del estribo donde se asentará el puente tranviario que unirá la isla de Zorrotzaurre con Zorrotza. Alberto G. Alonso

Varios de los vecinos presentes se mostraron en desacuerdo con esa decisión a lo que el concejal arguyó que “se va a mantener el paso de todas las embarcaciones que ahora suben aguas arriba sin problemas”. Las dependencias de Zorrotza son ideales para ello ya que, además de tener el calado adecuado, la línea de atraque casi alcanza los nada despreciables 800 metros lineales donde podrán atracar incluso hasta más de dos barcos de amplia eslora. Ahora mismo, el espacio que se expande hacia el interior del muelle suma alrededor de 14.000 metros cuadrados de superficie totalmente diáfanos, aunque seguro será una extensión que cambiará su fisonomía y tamaño con el desarrollo urbanístico previsto en Punta Zorrotza.

Propiedad municipal

Hay que tener en cuenta que el Ayuntamiento de Bilbao es el propietario del muelle, las instalaciones circundantes y los pabellones industriales cercanos después de que la Autoridad Portuaria le vendiera todos los terrenos tras abandonar la actividad portuaria en la zona a finales de 2019. Ello facilita cualquier actuación que se vaya a ejecutar en los próximos años con respecto a la conversión de estas dependencias.

Abaunza también fue cuestionado sobre si la decisión de que atraquen en la ribera de Zorrotza los grandes veleros va a suponer el traslado a las inmediaciones de la sede de Itsasmuseum Bilbao. Contestó que “esa es una decisión que no depende del Ayuntamiento ya que, a pesar de que estamos en el Patronato de la Fundación de la que depende el museo, también hay otros miembros”, dejando en el aire esa hipotética mudanza.

Al detalle

Referencia de la actividad marítima que hubo en la villa

Habilitar el muelle de Zorrotza para el tráfico de grandes buques también se ha pensado para que Bilbao siga teniendo un punto de referencia con la historia mercantil y portuaria que la hizo crecer.

Relación entre el coste económico y el uso posterior

La decisión de que los dos puentes que unan Zorro-tzaurre con la margen izquierda de la ría sean fijos se ha tomado en función del elevado coste que supondrían si fueran móviles para el número de veces que se iban a abrir cada año.

Futuro usos integrados en el plan urbanístico

La posibilidad de que atraquen en Zorrotza grandes embarcaciones tendrá que integrarse en el plan urbanístico de Punta Zorrotza que concretará de forma provisional antes de 2027.

La cifra

800

Son los metros que mide la línea de atraque del muelle de Zorrotza en la actualidad y que delimita con el agua de la ría una explanada de alrededor de 14.000 metros cuadrados de extensión diáfanos en su totalidad.

Se encuentra en buenas condiciones

La grúa se quedará como vestigio

Para recuperar. En la charla que mantuvo con los vecinos, Asier Abaunza también confirmó que la grúa de estiba que se yergue en colores azul y rojo en la orilla del muelle de Zorrotza se quedará en el lugar como vestigio que recordará la actividad marítima en la zona. Tras recepcionarla con el resto de instalaciones portuarias, el Ayuntamiento encargó un análisis estructural al centro de investigación Tecnalia que determinó su buen estado. La idea municipal es que cuando se rehabilite toda esta zona en un futuro incluya “la actualización de la grúa al estilo de lo que se ejecutó con La Carola, al lado del Itsasmuseum, o de la chimenea que se levanta en el parque de Etxebarria”, concretó el edil.