La llegada de Olentzero este 24 de diciembre al Hospital de Basurto ha sido aún más especial si cabe que otros años. Y es que a su llegada, un dantzari, miembro del grupo de música que durante casi tres décadas le ha acompañado en este día, le bailó un aurresku de despedida y de agradecimiento. Imanol Zudaire lleva prácticamente toda su carrera como celador, y luego como jefe de celadores y celadoras del hospital, transformándose cada Navidad en Olentzero para llevar a los niños y niñas regalos y sobre todo, ilusión. Este ha sido su último año y, para quienes le han acompañado durante más de veinticinco años, es “el cierre de una etapa”. 

“Para nosotros es una tradición muy bonita, y este Olentzero se ha convertido en una persona de casa que nos ha visto crecer”, señalaban los músicos que le han acompañado más de veinticinco años. Y es que, aunque también acompañan a los Reyes Magos el día 5 de enero, “no tiene nada que ver”. “Con los Reyes impresiona mucho porque son los que van a la cabalgata pero está todo más institucionalizado y medido, con Olentzero siempre ha sido todo más familiar, más de casa”, cuentan. 

Por ello, tras una vida dedicada a ayudar a los demás y decenas de Navidades repartiendo ilusión, los músicos que cada año le han acompañado en el hospital aseguran que “los próximos años no serán lo mismo”. Sin embargo, con el fin de que la esencia siga siendo la misma: natural, cercana, en definitiva, de casa, desde el Hospital de Basurto les han indicado que podrán ser ellos quienes traigan el año que viene al Olentzero que desde la próxima mañana de Nochebuena suceda a Imanol.