El edificio Tarabusi será uno de esos pabellones históricos que combinará pasado industrial y modernidad: pese a que deberá ser derruido en su totalidad debido a su estado de degradación, la nueva infraestructura que alojará la sede del Parque Tecnológico mantendrá la misma imagen de aquella industria que se dedicó a la fabricación de camisas y pistones para motores de explosión.

El edificio recuperará su antiguo esplendor, con una intervención arquitectónica de vanguardia, incorporando un edificio anexo en su fachada oeste. En total, sumará 5.300 metros cuadrados para empresas y proyectos de tecnología avanzada, distribuidos en una planta sótano con un parking con 47 plazas, una baja con salas polivalentes y tres superiores. “Será un espacio reinventado, moderno y funcional, en el que se combinarán la historia y el patrimonio industrial, con la modernidad de una nueva estructura”, subrayó la presidenta del Parque Tecnológico de Euskadi, Estibaliz Hernáez. La planta baja deberá acomodarse a los nuevos viales existentes en la isla, a una altura cercana a la cota +4,70. Es decir, se plantea elevar el nuevo edificio a una cota no inundable, sacándolo del encastramiento que presenta ahora.

Pese a que el original deberá ser derruido debido a su importante estado de degradación, el nuevo volumen se levantará a su imagen y semejanza, “conservando la estética de su pasado industrial”.

El edificio Tarabusi –que algunos recordarán porque el antiguo depósito de la grúa estaba ubicado justo delante– fue construido en 1960, obra del ingeniero industrial Santos Olaizola y es el último inmueble que queda en pie de un complejo productivo de construcciones electromecánicas y transformadoras, aunque en su origen se dedicaba a la fabricación de camisas y pistones para motores de explosión, que comercializaba bajo la marca Borgo.

Corrosión avanzada

Sin embargo, actualmente presenta en su estructura un nivel de degradación muy importante, con armaduras oxidadas e importantes pérdidas de sección en algunos puntos; algunos estribos están completamente rotos, lo que afecta a la seguridad estructural del edificio. La corrosión está tan avanzada que cualquier reparación requeriría no solo el saneo de la estructura, sino la construcción de una estructura paralela a la existente, con el fin de soportar las cargas.

El conjunto albergará unidades de I+D+i, empresas tecnológicas, institutos universitarios en sectores como biomedicina, nanotecnología o multimedia, y entidades de servicios avanzados pero, además, será la sede oficial de todo el campus de Zorrotzaurre, por lo que contará también con espacios específicos como salas de reuniones para empresas, un auditorio o la recepción general del parque. Y, lo más importante, en él se instalará el Centro Vasco de Inteligencia Artificial (BAIC), que se trasladará desde El Ensanche.

El apunte

Arquitectura bioclimática. El edificio se construirá teniendo en cuenta principios de edificación ambientalmente sostenible y de arquitectura bioclimática, ecodiseño y economía circular. La sede recreará el pabellón actual: sus mismas fachadas, sus vanos de carpintería exterior, los paramentos de fábrica de ladrillo caravista en formación de grandes dinteles... Eso sí, con materiales actuales que garanticen la estanqueidad, ventilación, aislamiento térmico y acústico, y durabilidad.