Naroa ha cumplido este sábado 17 años. Como toda joven de su edad, siente la necesidad de despegarse del nido y volar sola. De salir, socializar y escribir la historia de su vida con un bolígrafo propio, no con uno prestado. Sin embargo, no tiene la misma facilidad para construir una vida propia que las demás chicas de su edad, porque tiene algún tipo de discapacidad, aunque su condición no significa que sus aspiraciones vitales difieran en un ápice de las de cualquier adolescente de su entorno. Y, de hecho, demanda fervientemente que se vean satisfechas. 

Por eso, sus progenitores le han hecho el mejor de los regalos para celebrar su mayoría de edad, una tarde entre iguales. Gracias a sus voluntarios, Gorabide –"asociación orientada a dar apoyo a las personas con discapacidad intelectual de Bizkaia, así como a sus familias y personas o entidades tutoras, para mejorar su calidad de vida y defender sus derechos”– organiza una vez al mes una serie de actividades para sus usuarios. “El objetivo de estas jornadas es integrarlos en las actividades de ocio y normalizar su vida social”, ha destacado Asier Ruiz, una de las personas que hacen labores de voluntariado para la asociación fundada en 1962. 

Según la propia entidad, esta es una herramienta a través de la cual “se potencia su socialización, se favorece su autonomía y, además, ellas mismas –las personas usuarias– contribuyen a la sensibilización social con su presencia cotidiana en recursos comunitarios”. 

Actividades "para que se lo pasen bien y disfruten"

Ayer fue el turno del grupo G2, que aúna a jóvenes de entre 18 y 25 años, aproximadamente, que tienen un nivel de autonomía medio alto. Han quedado a las 12.00 del mediodía en Doctor Areilza para tomar un aperitivo, llenar el buche en una hamburguesería y, después, visitar el estadio de San Mamés. “Las actividades se organizan teniendo en cuenta, en primer lugar, cuáles son las características del grupo”, ha explicado Olatz Cuerdo, otra de las voluntarias que acompañó a los usuarios en la jornada de ayer. Según Cuerdo, no todas las personas tienen las mismas facilidades para acceder a un plan determinado. Por ejemplo, algunos asociados de Gorabide tienen serios problemas de movilidad. Ahora, la hoja de ruta de todas las actividades se basa “en que se lo pasen bien y disfruten”. 

En lo que respecta al grupo joven, la prioridad es brindarles un espacio en el que estrechar lazos y tejer redes de amistad. “Están llegando a una edad en la que su grupo habitual, el del colegio, empieza a desmarcarse. Salen, empiezan a sentirse atraídos por el sexo contrario (o el propio) y ellos no pueden seguirles el ritmo”, ha expuesto Asier. Y es que, aunque presenten algún tipo de discapacidad, sus necesidades son las mismas que las de cualquier chaval y, en ocasiones, también sus hábitos. En ese sentido, el voluntario de Gorabide destaca que en una ocasión, cuando acudieron a las fiestas de un pueblo de Bizkaia, algunos usuarios quisieron tomarse un zurito. Y fumarse un pitillo. “Es su espacio de ocio y yo no se lo puedo prohibir”, ha indicado Asier.  

La eterna niñez

Que las personas jóvenes con discapacidad intelectual tengan un paquete de cigarrillos a mano o beban alcohol es algo que choca con una percepción generalizada en el tejido social, la de que son gentes que nunca crecen del todo. Ahora, es completamente falsa. Numerosos estudios realizados en el ámbito de la psicología denuncian que la adultez de las personas con discapacidad es “una adultez ignorada”. En ese sentido, se suele obviar que son sujetos sexuados y que, en consecuencia, sienten deseo. O que aspiran a tener una vida social, plena y satisfactoria. 

Esos prejuicios, en ocasiones, se ven reflejados en la falta de alternativas de ocio de los programas dirigidos a su bienestar. “Puede pasar desapercibido por no ser considerado importante, pero cierra un círculo. Es decir, les permite sentirse bien a la par que brinda descanso a sus padres”, ha dicho Asier. Como él, son muchos los voluntarios que participan en esos espacios. Pero Gorabide busca a más. “Si tienes algo de tiempo y ganas, ¡apúntate!”, expresan desde la asociación.