El icónico restaurante Antón ubicado en Artxanda será reformado para su próxima reapertura después de que cerrara el local hostelero en abril como consecuencia de la jubilación de sus gestores.

El Ayuntamiento de Bilbao, propietario del emblemático edificio, trabaja en estos momentos en el pliego de condiciones que sacará a concurso público la concesión del restaurante el próximo año con la intención de que se convierta en un pilar más dentro del proceso de regeneración en el que está inmersa la zona de Artxanda.

Según ha explicado a DEIA Asier Abaunza, concejal de Planificación Urbana, Proyectos Estratégicos y Espacio Público, “la concesión se acabó en abril pasado con la jubilación de los anteriores gestores tras muchas décadas de atención y desde el Ayuntamiento queríamos que el edificio siga con uso hostelero”.

De hecho, según ha indicado, incluso antes de saber nada sobre como será el proceso administrativo hay interés en revivir el Antón ya que “al menos sabemos que hay dos empresas interesadas”.

Trabajo por delante

Pero para concretar el interés queda aún trabajo municipal. Abaunza desvela como “primero para sacar el concurso público de la concesión hay que valorar económicamente qué reformas son necesarias en el edificio”. Un bloque ubicado a pocos metros de la parada superior del funicular con muchos años a sus espaldas que hay que examinar a conciencia.

“Si el edificio está bien y solo hace falta un lavado de cara pues el nuevo concesionario lo adecentará como quiera después pero si hay que acometer alguna intervención más profunda hay que valorarlo para el equilibrio económico de la concesión”. Técnicos del área municipal están en estos momentos en esa fase de valoración para concretar finalmente cómo sacar a concurso la concesión. Por una parte, se podrá dar la opción de que el nuevo gestor pueda afrontar la inversión necesaria porque la va a amortizar durante el periodo de vigencia de la concesión.

Por otra parte, se puede dar el escenario de que el edificio no se encuentre en las debidas condiciones y el ayuntamiento tenga que acometer antes alguna reforma para después entrar el nuevo concesionario”. El edil explica que esta última alternativa ya la ha llevado a cabo el Consistorio en casos parecidos de propiedades municipales “como ocurrió con la cervecera del parque de Ibai Eder, en La Peña, y mucho antes con la cafetería de los bajos de el Kiosko del Arenal”, apostilló el edil.

Locales en Artxanda

Por estos condicionantes, Abaunza no se atrevía a poner un plazo futuro de concesión. “El tiempo dependerá de la inversión a realizar por parte del nuevo gestor ya que si es mayor la concesión será más larga, si solo es chapa y pintura, la concesión será mas corta en el tiempo”, detalló.

Abaunza recordó para este periódico como el restaurante Antón es el último de los locales hosteleros que tenía en propiedad el Consistorio en Artxanda después de que tras concluida la Guerra Civil la ciudad se hiciera con la propiedad del Funicular, el txakoli Artxanda, el restaurante La Parrilla, el campo de fútbol y el casino de Artxanda, destruido en la contienda y cuyo solar se levantó el Antón.

“Con los años nos hemos ido desprendiendo de varias de estas propiedades como el txakoli de Artxanda que fue vendido a los actuales propietarios, o el que fue restaurante La Parrilla que tras venderse siguió un tiempo como local hostelero y para transformase hace unos años en la actual Escuela Montessori”.