Los aires de la Semana Santa han vuelto este lunes a los barrios altos de la villa de la mano de la famosa procesión del Nazareno, una de las cinco más queridas por los fieles y curiosos que año tras año acuden a seguir el paso del Melenas, como es conocida popularmente la talla religiosa que procesiona desde la Quinta Parroquia hasta la plaza Corazón de María, punto y final de esta comitiva desde hace tres años.

El barrio entero clamó con saetas, “más que nunca” en opinión de la Hermandad de Cofradías, con poesías y vítores, en medio de una lluvia de flores lanzadas desde balcones adornados con mantones y mantillas. La imagen del Nazareno (1948) es una fiel copia del Cristo de Medinaceli en Madrid, y lleva la firma de Federico Coullaut-Valera.

La Cofradía del Nazareno recuperó hace dos años una bonita tradición que había abandonado en 2007, al llegar a Bilbao la imagen de Santa María Magdalena, que es la de invitar cada año a la imagen de la Virgen María de una cofradía bilbaina. Este año fue el turno de la Cofradía de la Pasión, que acudió con uno de los pasos con mayor devoción de la Semana Santa bilbaina: Nuestra Señora de Ramos y del Rosario.