La Casa de Juntas de Gernika ha acogido hoy el pleno que cierra la presente legislatura, la undécima. Una sesión un tanto especial ya que ha sido para muchos junteros la última. Hasta una veintena de nombres de distintas formaciones ha recitado Ana Otadui, presidenta del Parlamento de Bizkaia, emocionada a pesar de que no era la primera vez que ejercía como anfitriona de esta ceremonia. Esta ocasión, sin embargo, augura un cambio de ciclo con caras nuevas en todas las formaciones y en el que la participación y la transparencia seguirán siendo piezas claves para el correcto funcionamiento del nuevo gobierno foral que salga de las urnas el 28 de mayo

No en vano, uno de los rostros que abandona la primera fila de la vida política es el del propio Unai Rementeria después de dos mandatos como diputado general y cuatro años más integrado en el equipo de José Luis Bilbao. Mañana jueves tendrá un acto público en Barakaldo para dar cuenta a la ciudadanía de las últimas novedades sobre el puente móvil que se levantará entre la citada localidad fabril y Erandio, al otro lado de la Ría, y que bien podría ser su último de cara al público.

El año pasado únicamente compareció ante los medios en 9 ocasiones y para eventos de muy distinta naturaleza. Contadas y recontadas por la oposición, como ha querido denunciar Elkarrekin Podemos en el pleno. Hoy, sin embargo, ha tomado la palabra en tres ocasiones para contestar a otras tantas cuestiones planteadas por los morados y por EH Bildu. En todas ha respondido y en todas ha dejado entrever un poso de autocrítica.

“Si alguna palabra por mi parte ha herido algún sentimiento, lo siento de verdad. No era mi intención, sino todo lo contrario”, ha resumido Rementeria en su última intervención ante el pleno, que era de control a la acción del equipo de gobierno de la Diputación. Rementeria ha insistido en que siempre ha actuado de “buena fe” y tratando de llegar a acuerdos, aunque no siempre haya sido posible hacerlo.

De hecho, la portavoz de la coalición independentista en asuntos económicos, Arantza Urkaregi, se ha despedido también de la esfera pública vizcaina “con una espinita clavada”, ha ejemplificado: la incompatibilidad política entre las partes para haber encontrado un punto de encuentro en materia de fiscalidad y de presupuestos a lo largo de esta última etapa. Con todo, y tras cuatro legislaturas enarbolando las palabras soberanía económica, progresividad fiscal -entre otras muchas iniciativas- ha terminado con un deseo para la legislatura que está por venir: “que haya cambios y que el llegar a acuerdos se convierta en una prioridad”, ha subrayado Urkaregi.

El 3 de abril, disolución del Parlamento de Bizkaia. Hoy se ha celebrado en la Casa de Juntas de Gernika el último pleno de la legislatura cerrando el XI Mandato. La disolución efectiva del Parlamento de Bizkaia será este lunes, 3 de abril. Hasta que se celebren las elecciones del 28 de mayo y la constitución de un nuevo hemiciclo, la Junta Permanente cogerá la makila de la institución foral.

Una afirmación que coincide en su fondo con las reflexiones compartidas por Rementeria en distintos momentos de su mandato y que resumía recientemente con un sencillo: “Finalizaré diciendo que la política realmente merece la pena”. Y se refería a la política que se mantiene pegada a la ciudadanía, al tejido comercial, cultural y empresarial, al mundo académico e investigador, a todas esas capas sociales plurales que dan vida a Bizkaia.

No a esa otra política marrullera que está más pendiente de los focos. Quizás por eso Rementeria se ha mantenido lejos de fotos y de todo el ruido mediático que siempre envuelve a la clase política. Y quizás por eso también su despedida ha sido discreta. Nada de discursos porque tocaba seguir trabajando y responder a preguntas de la oposición, en este caso en materia de transparencia, de movilidad y de feminismo.

Ninguna de ellas ha convencido a los encargados de fiscalizar la acción del gobierno. Quizás porque no han sido lo suficientemente elocuentes o quizás porque simplemente no convenía reconocer el valor de la respuesta. En la primera de sus intervenciones ha querido explicar a EH Bildu que las leyes europeas impiden controlar a las empresas privadas los beneficios que obtienen y los salarios que pagan y que la actividad de la Diputación Foral de Bizkaia y sus organismos es examinada, revisada y verificada por el Tribunal Vasco de Cuentas Públicas (TVCP) y por auditorías internas y externas. De hecho un equipo de seis personas de este organismo están insertos en la estructura de la institución foral para tener acceso directo a todos los movimientos de dinero público.

Otra pregunta respondida por Rementeria ha sido la referida a la Línea 4 del metro, las aportaciones ciudadanas a la misma recogidas en un referéndum y el papel de la institución foral en toda esta operación. “La Diputación ha hecho muchos trabajos a favor de la extensión del metro para dar servicio a los barrios del sur”, ha trasladado desde la tribuna invitando a la coalición independentista a que pregunte en el Ejecutivo vasco, “que también es el gobierno de las vizcainas y de los vizcainos”

“Recordarán cómo citábamos aquello de la necesidad de emplear infraestructuras ya existentes, porque para nosotras y para nosotros era un principio importante. De ahí que se contemplara que la extensión partiera de Irauregi [en Alonsotegi], recogiendo las personas que vinieran de Enkarterri, pasando por los barrios de Zorrotza, Basurto, Ametzola, empleando la infraestructura ya existente, y ampliará su recorrido recogiendo los barrios de Rekalde e Irala para ir a terminar a la estación de Abando”, ha indicado.

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Una contestación que no ha convencido a Raúl Méndez: ¿“Van a dejar todas esas propuestas en un cajón, en manos del señor Arriola?”, replicó. La última, ha estado relacionada con una campaña gráfica en las unidades del suburbano con motivo del último 25N con un mensaje -Fallecieron por ser mujeres- y que ya fue respondida en su tiempo por lo que Rementeria no ha ocultado su extrañeza y sorpresa porque 87 días después, desde Elkarrekin Podemos hayan optado por incluir este punto en el orden del día de un pleno marcado por la transparencia y la participación.

Es lo que llaman el buen gobierno. Una práctica muy extendida en todos los niveles políticos de las sociedades más progresistas, deliberativas y democráticas, y que fundamenta su acción en la escucha y atención a las demandas y, sobre todo, en la capacidad para generar confianza en esos mismos sectores que plantean sus requerimientos. Un apunte más en este sentido aportado por Elixabete Etxanobe, diputada de Administración Pública y Relaciones Institucionales, en otro momento del pleno: el próximo Plan de Participación se aprobará cuando finalice el actual, en diciembre de este mismo año.