A lo largo de los últimos meses -desde abril de un modo más constante, pero ya desde finales del pasado 2021- han sido analizadas, debatidas, casi una veintena de propuestas de calendario laboral para reforzar la presencia policial en las calles de Bilbao los fines de semana, noches incluidas. Y ante la falta de un acuerdo entre las partes, ni siquiera ha habido un acercamiento de posturas, la Junta de Gobierno ha optado por empezar a tramitar el modelo que mejor se ajusta a las necesidades de seguridad requeridas por la ciudad y, de paso, mejora las condiciones salariales de los agentes.

Trabajarán más noches de que ahora, pero también librarán más mañanas de lunes a viernes. El impacto en las vidas personales y familiares de esta medida es evidente. La propia concejala de Seguridad Ciudadana lo reconocía abiertamente hace unos días al tiempo que aportaba un dato: conllevará una contraprestación económica "importante". Además, según la propuesta que está encima de la mesa y sobre la que continúan negociando, "de dieciséis semanas completas libres se pasará a tener veinte".

Hoy, Amaia Arregi ha insistido en que la modificación del calendario está motivada por la “necesidad de adecuarnos a la realidad de la ciudad para continuar dando el mejor servicio público de seguridad a la ciudadanía”. Una frase que se ha ido repitiendo en las cinco reuniones del grupo de trabajo técnico y la docena de mesas de negociación celebradas entre las partes. La última, este pasado día 29 y en la que la parte sindical no planteó ninguna contrapropuesta en el transcurso de la misma, aunque un par de horas después de la conclusión de la misma, sin acuerdo, se propuso vía e-mail seguir trabajando en el calendario actual.

“Resulta muy sorpresivo que no lo hayan ni siquiera nombrado ni en esta última mesa, ni en ninguna de otras recientes celebradas desde el 25 de octubre, fecha en la que se concretó la propuesta del calendario de cinco semanas [el que está siendo tramitado] con sus condiciones retributivas”, ha expresado la concejala de Seguridad Ciudadana.

RETRIBUCIONES

En la situación actual los agentes de inspección vecinal tienen una retribución fija de 45.637,5 euros brutos al año y una parte variable (si se trabaja el 80% de las noches programadas en el año) que sería de 949,7 euros brutos.

Con el calendario propuesto, los agentes de inspección vecinal tendrían una retribución fija de 46.639,8 euros brutos al año (1.002,3 más al año que con el actual) y la parte variable (siempre y cuando se trabaja el 80% de las noches programadas en el año) sería de 2.188,8 euros brutos al año; es decir, 1.239,1 más.

Por su parte, el concejal delegado de Gobernanza, Gonzalo Olabarria, ha sostenido que si la "mayoría de la Junta de Gobierno le dice a estos humildes concejales delegados que cambia el criterio, adelante. De momento, creemos que la Junta de Gobierno ha adoptado el criterio adecuado al momento que vivimos". En todo caso, el propio Olabarria ha reconocido que la implantación de este nuevo modelo no será inmediata sino que que llevará un tiempo concretarlo y bajarlo al detalle.

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De hecho, el concejal ha insistido en que la negociación "ni se ha roto, ni se va a romper, la negociación sigue", porque lo que se ha llevado a Junta de Gobierno es la aprobación de un calendario de cinco semanas, pero "quedan "muchos flecos pendientes de cómo aplicar ese calendario", con lo cual "la negociación sigue abierta, igual que ha seguido abierta durante los momentos de presión, las irrupciones en el pleno, etc.".

Olabarria ha acabado reconociendo que “como parte institucional tenemos que tomar decisiones". En este sentido, Carmen Muñoz (Elkarrekin Bilbao) ha pedido que se "haga lo que se tenga que hacer" para "cumplir con los requisitos que tiene la ciudad actualmente en temas de seguridad, pero siempre respetando derechos de los trabajadores". Y desde EH Bildu se ha apelado al Pacto de Seguridad firmado por todos los grupos políticos municipales para que este aspecto “no sea un problema para Bilbao”. En las filas del PP, Carlos García ha hablado de “maltrato policial” y ha abogado por “la guerra al delincuente”.