El Ayuntamiento de Bilbao también avanza en la adquisición del sistema que controlará el acceso de los vehículos a esa zona restringida. Ese control se realizará a través de 27 cámaras que tomarán imágenes de las matrículas de todos los vehículos que acceden al área y comprobará si están autorizados. Las cámaras tomarán imágenes tanto de la matrícula como del vehículos en sí, para identificar dónde se ha tomado, y serán capaces de realizar la lectura de dos carriles de circulación. Podrán detectar varias matrículas al mismo tiempo -se calcula una intensidad media diaria de 15.000 vehículos por cámara-, incluso con altas densidades de tráfico.

El Ayuntamiento de Bilbao ya está buscando tanto estas cámaras como el desarrollo del centro de control que se hará cargo de todo el sistema, y cuya puesta en funcionamiento necesita, según los cálculos del director de Movilidad, Ignacio Alday, entre ocho y nueve meses. La crisis de los chips hace necesario además encargar todos los equipos tecnológicos con tiempo. Con estos tiempo, queda descartado que las restricciones entren en vigor el 1 de enero de 2023, como establece la ley. “Ese día no se va a poner en marcha un control efectivo de las cámaras; será a lo largo de 2023, que es lo que están haciendo el 99,9% de todos los ayuntamientos, Nosotros vamos muy avanzados”, afirma el director de Movilidad. “Ni siquiera está claro que esa sea la fecha en la que debe implantarse, hay discrepancias entre los diferentes Ministerios”.

Con la puesta en marcha de las restricciones se abrirá también una oficina de atención al usuario, para ofrecer información así como resolver cualquier queja o duda relacionada con el sistema.