Cuando el reloj marcaba las 17:30, los artistas del circo Tamberlick han vuelto a traspasar las puertas de la basílica de Begoña. Lo han hecho escoltados por por la comitiva de representantes de la corporación municipal – presidida por el alcalde, Juan Mari Aburto – y con el acompañamiento musical de la Banda de Txistularis y de la Banda Municipal.

El acto ha sido oficiado por Luis Atxotegi, párroco de la basílica. El religioso ha aprovechado la ocasión para lanzar un mensaje de paz, armonía y amor por el prójimo. "Abracemos al pobre, al que está pasando por tiempos difíciles", ha dicho. En éste, además, los artistas circenses han hecho su tradicional ofrenda floral a la Amatxu, a quien han pedido que les guarde y arrope durante su estancia en Bilbao. Pero también han querido mostrar su más senda repulsa a la guerra que enfrenta a Rusia y Ucrania.

Una ofrenda de paz

La protesta se ha corporizado a través de Valentina y Alexandra, las encargadas de depositar los ramos a los pies de la Amatxu. Son dos gimnastas procedentes del país agredido y del agresor, respectivamente. Vestidas con dos brillantes trajes, han ascendido juntas al ábside de la basílica de Begoña.

"Somos dos pueblos hermanos y deseamos que cesen ya las hostilidades", han declarado a este periódico al finalizar el acto. En éste, además, no han faltado las muestras artísticas y musicales que han performado ante las puertas del templo. "Nos ha gustado mucho poder hacer una ofrenda a la Amatxu en la que es, además, nuestra primera visita a Bilbao", han añadido.