Marisol vive sola en apenas 25 metros cuadrados en un antiguo piso de portero, sin luz natural, pero en una céntrica calle de Bilbao por el que paga de alquiler 500 euros al mes. Lo tiene todo a mano y confiesa que logró sobrevivir a los meses de confinamiento sin volverse loca. “Soy feliz en mi pisito. No tengo vistas, pero vivo en el centro. Para vivir no necesitamos tanto como pensamos”, apunta la joven estudiante.
El Gobierno vasco ha decidido cambiar los requisitos en lo que a superficie y características de los pisos que se construyan en Euskadi. Para ello está elaborando un nuevo decreto que lo regulará los próximos meses y que previsiblemente saldrá a la luz la próxima primavera. Así, Lakua va a exigir un mínimo de 25 metros cuadrados en las viviendas en las que viva una persona y 35 metros para los de dos o más habitantes.
Sin embargo, los actuales requisitos de habilitabilidad que marcan los Ayuntamientos de Bizkaia son más exigentes que la futura norma vasca, ya que el mínimo de superficie exigida para los pisos nuevos se sitúa entre los 40 y 45 metros cuadrados. En el caso de Bilbao, su normativa contempla que los inmuebles que se edifiquen en la capital vizcaina deberá tener una superficie de 40 metros cuadrados, mientras que en localidades como Santurtzi o Barakaldo el porcentaje aumenta hasta los 45 metros cuadrados de mínimo.
En Bizkaia hay pisos pequeños que cumplen con la normativa actual. Marisol vive en uno de ellos desde hace cuatro años. Pasó el confinamiento en su mini piso y reconoce que aprovechó el tiempo para encontrarse así misma. “No tenía mucho espacio para perderme”, bromea, al tiempo que explica que las nuevas tecnologías le sirvieron para estar en contacto con los amigos y con su familia y aguantar los días encerrada entre cuatro paredes. “A todo se acostumbra una. La cocina y la sala están pegadas y en la habitación no me entra un armario, pero me apaño con un burro y unas baldas para organizar la ropa. Tengo hasta un rincón muy coqueto para estudiar. Todo en 25 metros cuadrados”, describe las estancias la joven. Nada que ver con lo que recoge la nueva normativa, ya que en lo que a la distribución respecta, los futuros pisos en Euskadi deberá tener unas dimensiones mínimas de 13 metros cuadrados para la cocina-comedor, 10 metros para el dormitorio, 3,5 metros para el aseo y una terraza de al menos 4 metros cuadrados. Igualmente, se especifica que la vivienda deberá contar con espacios separados para lavar y tender así como espacios mínimos para almacenamiento. Las estancias deberán tener una altura mínima de dos metros y medio y si hay un espacio abuhardillado, no podrá exceder un tercio de la superficie del piso.
Cambios de casa
El confinamiento ha llevado a los ciudadanos a realizar un análisis de las viviendas y a detectar tanto lo que les gusta como las carencias de esos espacios en los que pasamos muchas horas de nuestra vida. Y es por eso, por lo que según adelantan desde diferentes inmobiliarias consultadas por DEIA lo que ha llevado a la gente a plantearse un cambio de casa en los últimos meses. “La gente por lo general busca una casa más grande, sobre todo espacios donde los miembros de la familia puedan tener zona para estudiar o trabajar. Desde que ha pasado lo del confinamiento la gente ha cambiado el chip en lo que a modelos de vivienda se refiere”, asegura. Según apuntan desde las inmobiliarias lo que priorizan quienes buscan un nuevo piso es el tamaño. Además, otro de los grandes temas que ha abierto la pandemia es la necesidad de contar con espacios exteriores, terrazas o balcones, un punto que también se recoge en la nueva normativa vasca. “La posibilidad de respirar aire puro sin tener que salir de la vivienda es uno de los requisitos más demandados”, apuntan a DEIA fuentes del sector inmobiliario. “Ahora, la gente a la hora de elegir una vivienda valora en especial que tenga terraza o balcón”.
En lo que respecta a semisótanos convertidos en vivienda, la normativa que planteará el Gobierno vasco establece que estas estancias deberán poder ventilarse e iluminarse a través de la fachada al exterior de altura completa o un patio. “Tanto el espacio para estar como las habitaciones y la cocina tendrán primeras luces y ventilación al espacio abierto exterior”, recoge la nueva normativa.
Sin zonas oscuras
Pero el Ejecutivo vasco no se va a centrar únicamente en los requisitos que deben tener las futuras viviendas, sino que además entra a regular también cómo deberán ser los edificios. El decreto incorpora la perspectiva de género y establece que se evitará en los portales así como en las escaleras zonas oscuras o ángulos muertos que puedan suponer un peligro para la seguridad. También recoge que se debe garantizar un “correcto soleamiento” de la vivienda, por lo que no se admitirán viviendas en las que todas sus áreas de convivencia o privacidad den a orientación noroeste, norte y noreste. “El 30% de la fachada debe dar a otra orientación”, apunta. El futuro decreto recogerá cuestiones sobre otros espacios comunes, tales como que la escalera deberán contar con iluminación natural diurna, la puerta de acceso tendrá que ser transparente en un 75% para poder visualizar el interior y el exterior o los ascensores una capacidad mínima para ocho personas. Asimismo, los edificios deberán contar con “un cuarto para guardar bicicletas, sillas de bebé o similares, un cuarto de limpieza y buzones accesibles”.