“Hemos hecho unas ciudades que no están diseñadas para los niños y niñas”, han sido las palabras de Nora Abete, Concejala de Movilidad y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Bilbao. Por eso mismo, desde 2016, el Plan de Movilidad de la Villa comenzó a proyectar un programa para fomentar la independencia y seguridad en los desplazamientos de los niños y niñas, así nació Caminos Escolares- Eskolabideak de Bilbao. Esta mañana, la concejala, junto con Itziar Larizgoitia; directora de Salud Pública, Pedro Blanco; educador de Solasgune e Idoa Legoruburu; investigadora de la UPV/EHU, ha desvelado el informe con los resultados más actuales de este proyecto.  Entre las conclusiones se apunta el temor entre las familias y centros educativos al momento de dar una mayor libertad de circulación a los niños y niñas.

El proyecto se enfoca en la adquisición de autonomía por parte de los niños y niñas de Bilbao en los trayectos que tengan que recorrer para llevar a sus centros educativos. La seguridad en los recorridos es clave para su funcionamiento y como resultado, se consigue el empoderamiento del papel de los y las menores en el entorno urbano. También, se busca impulsar a los niños y niñas a andar o usar patinetes o bicicletas, creando una mayor divulgación sobre los valores de la ecología, la sostenibilidad y los transportes con menor impacto ambiental

El informe “Caminos Escolares (Eskolabideak); un estudio de caso de buena práctica”, examina los antecedentes, el desarrollo y el impacto que este proyecto ha tenido en los centros educativos. Numerosas técnicas de recogidas de datos han sido utilizadas para realizar este estudio, entre ellas, entrevistas individuales, análisis documental, sesiones de contraste y líneas de tiempo. 

Los resultados del informe

Los puntos fuertes de esta iniciativa se asientan en la autonomía generada por los niños y niñas en los caminos escolares, también se ha destacado la minimización del tráfico, la descongestión en las vías de transporte, la implementación de estas iniciativas en otros municipios y sobre todo, el sentimiento de grupo entre sus participantes. Complementado las declaraciones de la concejala, Pablo Blanco ha comentado: “El elemento que constantemente se repetía en el estudio es el aprendizaje porque no solo los niños y niñas aprenden, nosotros también”.

Encontrar las dificultades ha sido importante para poder desarrollar mejoras consecuentes. La principal ha sido el temor entre las familias y centros educativos al momento de dar una mayor libertad de circulación a los niños y niñas. Según el informe, otros inconvenientes fueron la confusión entre los participantes al abordar el diseño de los caminos escolares e incluso, la pandemia. Durante los meses más intensos del coronavirus la puesta en marcha del programa estuvo paralizada. 

Las recomendaciones para solventar los puntos débiles en los resultados han sido la creación de un grupo motor que se muestre en representación de los centros escolares, impulsar colaboraciones con organismos como Umeen Kontseilua; el cual lleva la participación infantil en el Consistorio, optimizar la difusión de los caminos escolares, definir aspectos sobre la metodología, promover el uso de herramientas de servicio como GIS (Sistema de Información Geográfica), mejorar la marca e identidad del programa y vincular en mayor medida al grupo de la ciudadanía que se ve más afectado en este proyecto, los niños y niñas

Algunos centros que han incorporado este proyecto son: Mina del Morro, Pagasarribide eskola, Indautxuko eskola, Gorria eskola, Artxanpade Ikastola, Kirikiño Ikastola, Iruarteta y Tiboli eskola. “Varios centros educativos tanto públicos como concertados han empezado a aplicar este programa  y hemos elaborado una guía que compartimos con ellos en la que también ofrecemos acompañamiento y ayuda en el diseño de estos proyectos”, ha dicho la concejala.