La palabra Berdintasuna (Igualdad) posa sobre la mesa del despacho de la concejala de Igualdad, Nekane Alonso, rodeada de orquídeas blancas: “Todo lo que hay aquí es muy reinvindicativo. No nos quitamos las gafas moradas en ningún momento”, explica. Entre sus preferidos, la edil bilbaina destaca un enorme cartel que preside una de las paredes blancas con la imagen de una mujer y el lema Andre ta Jabe, lanza con la confianza de que más pronto que tarde la brecha de la desigualdad desaparezca.

En el 8-M las reinvindicaciones toman mayor protagonismo, pero también afloran las carencias.

—El 8-M es un día importante que vivimos con ilusión, pero el trabajo es de todos los días. La de hoy es más de reivindicación porque no hemos llegado a alcanzar la igualdad real.

El camino por recorrer es largo...

—Se ha avanzado mucho, pero todavía queda bastante camino por recorrer. Poco a poco vamos a conseguir esa igualdad que es un derecho de todos y todas. Hay reinvindicaciones pendientes, pero lo lograremos.

Bilbao fue pionero en la creación de un Consejo de la Mujer.

—Fue en 2005 y a día de hoy continúa en marcha. El año pasado se creó el quinto plan de igualdad y en 2018 el Ayuntamiento de Bilbao aprobó la ordenanza de Igualdad que es la hoja de ruta que marca cuáles son las políticas en este tema que se aplicarán en la villa.

Pasos pequeños para conseguir grandes logros.

—Ese es el objetivo. Parece que a veces no avanzamos, pero en ese momento es necesario parar y echar la mirada hacia atrás para ver todo lo que en pocos años se ha cambiado y evolucionado.

Sin embargo, sigue existiendo una importante brecha de género.

—Eso es, y no solo salarial, sino en muchos otros aspectos de la vida.

Por desgracia las mujeres siguen estando ‘Fuera de escena’...

—Por desgracia, así hemos titulado la campaña lanzada desde el Ayuntamiento de Bilbao cara al 8-M.

La imagen impacta. Una mujer sentada sola en el patio de butacas mira al techo.

—Hemos querido centrar la campaña de este año en el colectivo de mujeres que se dedican al mundo de las artes escénicas. El propio cartel de la campaña es muy potente. Hemos titulado Fuera de escena, la mayoría de las personas que acuden al teatro son por lo general mujeres, pero en toda la parte de dirección el papel de las mujeres está totalmente invisibilizado. La intención es hacer un diagnóstico para conocer cuáles son las carencias y oportunidades de la presencia de la mujer en las artes escénicas en Bilbao.

El Consejo de la Mujer ha sido importante en el cambio, ¿no?

—Esa es una parte de todo el trabajo que a diario hacemos, pero el consejo tenía un reglamento restringido y a petición de las propias mujeres lo modificamos para que fuera algo más abierto, más flexible y más fácil de acceder. Cualquiera puede opinar y nos interesan todas las sugerencias.

¿Hay que adaptarse a las nuevas necesidades que se crean para dar forma al futuro?

—Es necesario avanzar y para eso es importante conocer lo que las mujeres de Bilbao necesitan y quieren. Desde el área debemos escucharles.

Han abierto un nuevo proceso de participación entre las mujeres.

—Hemos abierto un proceso participativo y para ello hemos lanzando una encuesta con preguntas para saber qué tipo de espacio participativo querrían para Bilbao y si conocen algún otro modelo.

Para que nos entendamos, ¿tendría que ver con lo que en otros municipios se bautizó en su día como Casa de las Mujeres?

—Sí, la Casa de las Mujeres es una reivindicación que lleva años sobre la mesa y estamos trabajando en ello. No sabemos cuál será el nombre, pero lo que tenemos claro es que va a ser lo que las mujeres de Bilbao quieran. Ellas lo van a definir.

¿Existe ya algún calendario ?

—Prefiero no dar fechas, pero que Bilbao va a tener un espacio por y para las mujeres, eso va a ser así. Lo importante es diseñar la base antes de levantar los cimientos de ese futuro espacio de participación.

La violencia machista sigue siendo una lacra a la que hay que seguir haciendo frente.

—Ni si quiera en la pandemia se ha bajado la guardia. Es clave tener todas las herramientas y programas activados para atender a esas mujeres víctimas de violencia.

Bilbao dispone de una red de viviendas.

—En la actualidad contamos con nueve pisos, en cada uno de ellos pueden entrar hasta dos mujeres con sus hijos.

¿Y cómo están en la actualidad?

—Los nueve están llenos. En el área contamos con cuatro trabajadoras sociales que se encargan de atender a esas mujeres y de realizar las valoraciones. No todas las víctimas de violencia terminan en una piso de acogida.

La prevención es importante.

—La prevención es fundamental para detectar las situaciones que puedan derivar en casos de violencia. Además la coordinación también es necesaria como es el caso de la OSI de Basurto con la que trabajamos.

“La prevención es clave para detectar las situaciones que pueden derivar en violencia machista”

“La campaña del 8-M se centra en la desigualdad que hay en el mundo de las artes escénicas”