Pueden parecer muchas multas, pero es que se estima que cada año circulan por las calles de Bilbao más de dos millones de vehículos. En todo caso, la velocidad inadecuada sigue estando entre las principales causas de accidentalidad dentro y fuera de las vías urbanas, junto a las distracciones y al consumo de sustancias prohibidas para la conducción.

De ahí las advertencias luminosas en los puntos de acceso rodado a la villa, las señales verticales recordando los límites de velocidad, las pintadas sobre la calzada advirtiendo de que se circula en una zona de 30 kilómetros por hora,… Quien no atiende a todas esas llamadas a la precaución se enfrenta al riesgo de sufrir un percance en carne propia o lo que es peor, provocarlo a terceras personas.

La multa económica suele ser lo menos gravoso para quien pisa el acelerador por el mapa urbano bilbaino -o por donde sea-, pero tanto los radares de cabina como el vehículo policial siguen cazando a quienes no respetan las normas de tráfico; los menos, pero los hay todavía: el año pasado fueron alrededor de 13.600 turismos de los casi 2.280.000 vehículos controlados. Apenas el 0,60% del total.

Los controles de velocidad se efectúan a diario en puntos alternativos de la ciudad. Pueden ser vías de dos carriles y mucha densidad de tráfico, vías más aligeradas de vehículos y también en el entramada de los barrios. "Tocamos todas las calles del casco urbano", ha resumido José Julio González Zamanillo, jefe de la División de Seguridad de la Policía Municipal.

Y tanto, porque cada día se tramitan unas 40 multas por este concepto. Y eso que la concienciación al volante ha ganado terreno en los últimos años. El calmado del tráfico ha tenido mucha culpa de ello, aunque todavía hay quien por desconocimiento o ignorancia se salta los límites máximos de velocidad vigentes en Bilbao. Nada queda ya de los tres dígitos que rompían los radares en Zumalakarregi. Eso sí, tal y como ha advertido González Zamanillo, la persona conductora debería saber que las consecuencias de un atropello a más de 50 kilómetros en la inmensa mayoría de los casos.

Otra de las herramientas de seguridad activa y pasiva que tiene la Policía Municipal, además de las multas, son los controles preventivos. Durante los años 2020 y 2021 se han realizado menos controles preventivos de alcohol

y drogas que años anteriores, debido a la incidencia de la pandemia. No obstante, de los 334 efectuados el año pasado 118 fueron positivos; lo que supuso que 90 personas fueron detenidas o investigadas por un delito contra la seguridad vial y al resto se les impuso una denuncia administrativa.