ACIDO al reclamo del nombre de Cástor Jaureguibeitia Cocherito de Bilbao, el torero más importante nacido en tierra vasca, el Club Cocherito se fundó en la mañana del domingo 20 de noviembre de 1910 en el Salón Vizcaya, ubicado en la calle San Francisco de la capital vizcaina. Presididos por Pedro María Viguera, aquel grupo cada vez más numeroso de aficionados hizo posible que desde sus inicios su vida fuera taurinamente próspera y, lo que es más importante, con prestigio en el mundo del toro. La inauguración oficial fue el 7 de enero de 1911.

La elección de la figura de Cástor tuvo sus porqués. Los padres del joven se dedicaban al cuidado de la huerta y al negocio del txakoli. Cuando tenía quince años muere su padre y Cástor se fue a vivir a casa de un vecino del barrio. A partir de ese momento probó en diferentes oficios sin permanecer en ellos mucho tiempo, alternando con escarceos para lidiar novillos o lanzarse al ruedo como maletilla. Entró a trabajar en unas cocheras donde llegó a ser conductor, ocupación que le dio el apodo de Cocherito de Bilbao. Hizo su aparición en la placita cuadrada de los Campos Elíseos, alternando con Chiquito de Begoña, Jesús Bilbao, Lunares, el Aventurero, Cádiz, etc. y se cuenta que en unión de Jesús Bilbao, Cocherito saltaba las tapias de los jardines durante la noche, soltaban los novillos y se hartaban de torear a la luz de la luna. A partir de ahí, a partir de 1904, fecha en la que tomó la alternativa en Madrid, y de 1906, año en el que debutó en Bilbao como matador de toros, hizo una carrera sobria en el mundo del toro, cimentada por una tauromaquia seria que trascendió al continente americano, hasta el punto de que llegaban a la villa crónicas entusiastas de Cástor en La Monumental de Mexico. Ya en 1910, año de la fundación del club, como les dije, Cástor ocupaba uno de los puestos señeros del escalafón junto a Bombita, Fuentes y Machaquito.

Miremos por el retrovisor en un pispás para conocer la atmósfera que se respiraba por aquel entonces en Bilbao. La corrida de los toros y el juego de la pelota eran los dos principales espectáculos de masas en la villa a lo largo de gran parte del siglo XIX y prime tercio del siglo XX. ¿Tienen dudas...?. Cuando en 1882 se construyó el nuevo coso de Vista Alegre todavía no se había fundado el Athletic Club ni se había construido el estadio de San Mamés. Bilbao vivía unos años muy dinámicos en el terreno económico, artístico y cultural, y el epicentro de toda aquella actividad, era el Arenal, donde tuvo el club su primera sede.

El Club Cocherito se implicó tempranamente en la vida social bilbaina, organizó numerosos festejos a favor de los más necesitados, y era considerado una de las fuerzas vivas de la Villa. Desde sus orígenes se define como un club "esencialmente bilbaino" y se define, en su carta de naturaleza, como "un club de amigos que ha sabido mantener como bandera sus principios. Somos un Club centenario, con una historia y una razón de ser que hoy en día todavía perdura", aseguran. "Un club gentil, cortés y símbolo de hospitalidad, tal como lo eran las gentes que lo fundaron. Nuestro interés por la acción cultural", prosiguen, "convive con la acción de hacer el bien. Auténticos motivos que escriben nuestra historia, y que es el cordón umbilical que une a los aficionados al toreo, en nuestro club."

A lo largo de los más de ciento diez años de vida del Club Cocherito de Bilbao, la relación de actividades societarias promovidas es infinita, especialmente las innumerables tertulias, conferencias y concesión de premios. La mayoría, con fines caritativos y sociales. La primera ocasión ocurrió en 1911, a beneficio de los asilos y del picador Charol, a quien una caída desde un caballo le había dejado inútil para la profesión. Este mismo año la excusa humanitaria la ofrecieron las familias bermeanas que habían perdido a 141 allegados por una galerna. En 1913, la sociedad promovió una función para socorrer al novillero Recajo, a quien habían amputado una pierna, tras sufrir una cornada en Bilbao. El club impulsó en 1917 un histórico festival en el que tomaron parte por primera vez cinco matadores vizcainos y el mexicano Rodolfo Gaona, a favor de la familia del banderillero Chatarra, corneado mortalmente en Haro. Y así pueden enumerarse infinidad de acciones. En 1951, en plena crisis, dieron su paso al frente los 18 bilbainos denominados Grupo Club Cochero, se constituyeron en sociedad independiente para ser ellos personalmente, y no el Club, los que corrieron con los riesgos económicos de la aventura taurina. Al acabar su etapa empresarial, les hicieron entrega hasta de la ultima peseta que habían conseguido como beneficio de los dos abonos de agosto que organizaron. En total, 1.370.660 pesetas de las de entonces.

En Aste Nagusia y sus Corridas Generales son numerosos los aficionados que participan en sus coloquios, junto a ganaderos y toreros, en animada charla, con respeto, seriedad, sabor y torería. Por algo el Cocherito fue el club pionero en la organización de este tipo de actos, hace ya muchas décadas de la mano de uno de sus grandes presidentes: Facundo Álvarez.

Actualmente, se han organizado excursiones a todo el mundo taurino, destacando las programadas a México, Colombia y Lisboa, y han sido muy numerosos los reconocimientos que el Cocherito ha recibido de otras instituciones. 122 años después de su fundación, da respuesta al significado de un club taurino en Bilbao en el siglo XXI.