La nueva imagen de La Salve, pieza a pieza
En un acto simbólico, varios rostros conocidos han ensamblando un rompecabezas con el nuevo formato de la cerveza
Una esquina por un lado, un trozo claro por otro... Pieza a pieza, los bilbainos han podido descubrir, a través de un rompecabezas gigante que numerosos rostros conocidos se han encargado de ensamblar junto al puente que le dio nombre hace más de un siglo, la nueva imagen de la cerveza La Salve.
La bebida ha adoptado un nuevo diseño para recuperar su esencia bilbaina en esta etapa protagonizada por los tonos negros y naranjas. “Hemos trabajado para que todas nuestras cervezas y toda la imagen cambie. Lo hacemos primero con la lata pero también llegará a todos los formatos que tenemos”, ha asegurado Eduardo Saiz Lekue, director de la cervecera.
En la nueva imagen se ven reflejados todos los valores de la casa y, con intención de acentuar la importancia de estos ingredientes, la imagen de la nueva lata, en formato gigante, ha sido troceada separando todos estos elementos. Diferentes colaboradores de la cerveza vasca, como la directora de Competitividad Territorial y Turismo de la Diputación, Cristina Múgica; el escritor e ilustrador Tomás Ondarra; Aratz Castro, el coordinador de Bilbao Bizkaia Harro; Jorge Aio, gerente de BilbaoCentro y Karla González, maestra cervecera de La Salve, han partido desde diferentes puntos de la ciudad transportando su pieza del puzle, y se han reunido bajo el puente de La Salve para juntar todas las piezas y desvelar, así, la imagen de la nueva lata de cerveza.
El diseño es negro, aunque no pierde la esencia y color de las anteriores latas, las cuales eran naranjas. Otra novedad que se incluye es el escudo de la ciudad de la capital vizcaina.
Bilbao, historia, pasión e innovación son los cuatro valores que destacan de la mítica cerveza bilbaina, la segunda más antigua en activo del Estado español. La Salve se renueva, tras seis años, con un diseño anclado en los valores de la marca, para recuperar la empresa con todo lo que ello conlleva y, para rescatar, el sentimiento de pertenencia a Bilbao. La Salve es todos los valores mencionados, pero también es esfuerzo para competir contra empresas grandes en un mercado muy competitivo, como ha apuntado el director. “Al final todos esos valores hablan de cómo somos los de Bilbao.”, ha expresado.
Su origen se remonta a 1886 cuando, bajo el puente de La Salve, se creó la primera fábrica. Desde entonces no ha dejado atrás sus raíces ni el hecho de ofrecer calidad en forma líquida a sus ciudadanos, pues la cerveza vasca destaca por su materia prima cercana como, según apunta su director, “elemento clave de innovación”. “Todas las grandes ciudades tienen su cerveza y Bilbao no podía no tenerla”, remata Saiz Lekue. Sentimiento de pertenencia pero con mirada más allá de las fronteras. Y es que, además del mercado vasco, Asturias, Extremadura, Madrid y Barcelona son algunos de los lugares en los que se puede degustar.
Haciendo historia
La Salve nace en el siglo XIX de la mano de José Schumann y Cordés, hijo de un cervecero alemán. Al principio instaló una fábrica dedicada a la elaboración de cervezas y bebidas gaseosas en la Campa de La Salve, de ahí heredó el nombre. Luego se trasladó a la calle Artasamina, aunque siempre mantuvo el puesto de cervezas en La Salve. En 2018, y tras el cierre del anterior centro de producción en 1977, la cervecera inauguró su tercera fábrica en Bilbao. El arranque del mayor centro productivo de cerveza en Euskadi tuvo una inversión de dos millones de euros y supuso el comienzo de la producción de La Salve en Bizkaia.
La fábrica empezó produciendo 200.000 litros de cerveza kilómetro 0 al año cuidando el proceso de elaboración de materia prima local con la idea de aumentar la producción.