Bilbao - Ametzola se va a someter a una operación de precisión quirúrgica urbana gracias a lo cual la comunicación entre los barrios de Irala y el Ensanche resultará más fácil. Se trata del derribo de un edificio industrial que desde hace años tapona el paso de la calle Emilio Arrieta hasta la avenida del Ferrocarril y para el que el Ayuntamiento ha llegado a un acuerdo con los actuales propietarios después de un largo periodo de negociaciones.
“Aunque no tiene la magnitud que supuso en su día la apertura de la alameda de Rekalde, la intervención es similar y los resultados servirán igualmente para cohesionar el centro y los barrios del sur”, según el concejal de Planificación Urbana, Asier Abaunza. Por otro lado, implica a su vez un lavado de cara del barrio al derribarse un edificio industrial prácticamente en desuso.
Tras la aprobación del Consejo Asesor de Planeamiento, el último pleno celebrado en Bilbao el pasado 28 de noviembre aprobó la modificación de la normativa urbanística de Ametzola para poder resolver el problema que presentaba este bloque industrial.
Según explicó el edil jeltzale, el Plan Especial de Ametzola contempla la sustitución del edificio situado en los número 4, 6 y 8 de Andrés Isasi por un nuevo edificio que permite la apertura de un tramo de calle y da continuidad así a la calle Emilio Arrieta hasta la avenida del Ferrocarril, en su tramo sito justo detrás de la plaza de toros de Vista Alegre.
El edificio que hasta ahora supone un tapón en la apertura de esta calle cuenta con dos plantas de sótano completas designadas a garajes, aproximadamente 124 plazas, cuyos propietarios son residentes.
Éste ha sido el problema que ha tenido bloqueado durante años la solución de esta trama urbanística. De hecho, ya en 1995 estuvo a punto de segregarse el edificio.
El nudo del acuerdo chocaba frontalmente con el vigente Plan General de Ordenación Urbana que impedía avanzar en aras a la apertura de la calle. El PGOU establece que “con carácter general la edificabilidad bajo rasante que se construya por encima de las dotaciones propias de los nuevos usos se considerarán como aprovechamiento materializable”. Es decir, la construcción del futuro edificio residencial solo podrá contemplar en sus plantas bajas aparcamientos para los vecinos del propio edificio, pero no permite habilitar más plazas que los que demanda propiamente el próximo edificio residencial a construir.
En el caso del edificio que tapona la calle, los sótanos albergan del orden de 100 aparcamientos de vecinos en la zona pero cuya residencia no estaría ligada en el futuro a la nueva edificabilidad.
Así, resolver este asunto implicaba, según explicó el concejal, la “reposición” de las plazas de garaje que supondría el realojo provisional, más el coste de la nueva construcción, a lo que suma la adquisición del aprovechamiento materializable. Estos aspectos no estaban contemplados en el Plan General.
Por estos motivos lo que se plantea es recoger en la normativa, tanto del Plan General como del Plan Especial de Ametzola, que la mayor edificabilidad destinada al realojo de plazas de aparcamiento de propietarios residentes no se considere como aprovechamiento materializable por el propio constructor.
Al tratarse de un edificio privado tampoco cabía la posibilidad de estudiar un posible derribo con expropiación por causa justificada y solo cabía por parte del Ayuntamiento la posibilidad de que se llegara a un acuerdo con los actuales propietarios de los garajes. Este es el planteamiento llevado al Consejo Asesor de Planeamiento y que dio el visto bueno al cambio del PGOU en este supuesto de manera que el edificio que se construya en un futuro contemple además de los aparcamientos para los vecinos una dotación extraordinaria para dar respuestas a los propietarios de garajes en el actual edificio industrial.
“Abrir la calle Emilio Arrieta es una operación estratégica que va a permitir comunicar Irala con la zona del Ensanche, una aspiración de los vecinos del barrio que vienen haciendo desde 1995”, apunta el concejal de Planificación Urbana.