BILBAO - Hay calles de Bilbao en las que no entra, literalmente, ni una silla más. Son zonas del espacio público de la villa que están saturadas de terrazas y demandan un orden y arbitrio para conseguir que exista un equilibrio entre vecinos, comerciantes y hosteleros.
Este es el objetivo del Plan de Director de Terrazas que se va a aplicar a partir de ahora en la villa. La primera medida va a ser reforzar las inspecciones para que se cumpla lo autorizado hasta ahora. A partir del próximo lunes los que lo incumplan recibirán primero un apercibimiento que podrá acabar en cierre y sanción de hasta 3.000 euros. Ledesma, Licenciado Poza, Jardines y Plaza Nueva tendrán proyectos individualizados por ser los tramos más complicados en estos momentos.
Las terrazas son elementos generadores de actividad y dinamismo económico más allá del verano. De hecho, se revelaron como solución para un sector que atravesaba un momento incierto y convulso cuando la Ley Antitabaco de 2011 obligó a los negocios de hostelería a reinventarse. Pero, en poco tiempo crecieron de manera exponencial duplicando el número de veladores y su huella en la villa hasta llegar a las 1.400 que existen en la actualidad. De estas, 437 están ubicadas en Abando e Indautxu y 130 en el Casco Viejo.
Ante esta nueva realidad, el Ayuntamiento lleva ya más de un año pensando en una solución a la problemática que se ha generado en algunas calles de la ciudad.
Ayer, el concejal de Planificación Urbana, Asier Abaunza, explicó los pasos que se van a dar para conseguir un modelo más equilibrado entre la actividad residencial, hostelera y comercial. “Vamos a comenzar un proceso de adecuación y mejora de la ocupación del espacio tras un análisis de múltiples variables físicas que se reflejan en un modelo matemático”.
Es decir, se estudiará el ratio de personas que pasan por ese espacio, la fachada, los elementos de la calle, los comercios, el número de locales... Factores que se someterán a una fórmula matemática que dará como resultado el espacio y número de veladores en cada tramo.
Además, en aquellas arterias que tienen una problemática mayor se realizarán proyectos individuales con la participación de comerciantes, hosteleros y vecinos. Son los casos de Ledesma, Licenciado Poza, Plaza Nueva y Jardines, los tramos detectados como prioritarios por el Área de Obras, Servicios, Rehabilitación Urbana y Espacio Público, que serán los primeros ámbitos de actuación del Plan Director. Abaunza admitió ayer que “en Ledesma o en la Plaza Nueva no es posible conceder más licencias aunque hay hosteleros que lo solicitan porque no tienen terraza y quieren su espacio”. Las negociaciones en estos puntos serán precisamente para redistribuir y adecuar la superficie existente.
La actuación a nivel general va a ser inmediata. “En la actualidad hay autorizaciones que deben adaptarse a una realidad diferente de la que existía en el momento de su otorgamiento. Y también existen casos de incumplimiento. Estas circunstancias generan desequilibrios”, señala Abaunza. Reconoce además que “hay quien se vale de la picaresca para saltarse las normas”.
cumplimiento Por eso, el primer paso será reforzar el cumplimiento. El lunes comenzará la campaña con cuatro inspectores municipales, que se centrarán en que las terrazas de los locales no ocupen más de lo permitido. Comenzará en las zonas de Casco Viejo, Indautxu y Abando, partiendo desde el Ayuntamiento de forma radial hasta inspeccionar todas las terrazas de la ciudad.
Estas inspecciones se centrarán en la huella, el espacio real que se ocupa del espacio público. Ante el primer incumplimiento, los inspectores municipales realizarán un apercibimiento, levantarán acta e informarán de las consecuencias de no cumplir con la autorización en 48 horas. En un segundo incumplimiento, se eliminará la autorización para la terraza y durante un mes no podrá pedir otra. Si el incumplimiento es “reiterado”, se eliminará la autorización y no se podrá pedir una nueva durante seis meses.
“No se trata de una sanción”, aclaró el director del área, Fran Viñez, “se retira la concesión ante el incumplimiento”. Además, se impondrá una sanción económica, que oscilará entre 750 y 3.000 euros.
La segunda línea de trabajo consiste en un Plan de Mejora del Espacio Público, en el que, tras analizar las calles de mayor “desequilibrio”, se tomarán medidas para mejorar la ordenación del espacio público “fortaleciendo los tránsitos peatonales, la accesibilidad y, sobre todo, con el objetivo de devolver el equilibrio a las zonas prioritarias”.
La tercera línea de trabajo son los llamados “proyectos de calle”, de manera que el Ayuntamiento de Bilbao iniciará un proceso en cada arteria prioritaria con comerciantes, hosteleros y vecinos para asegurar que “todos los usos tienen su espacio de manera equilibrada”. Según explicó Abaunza, “en las soluciones que se vayan definiendo, existirán periodos de transición hacia la situación final de cada calle” y, en caso de ser necesario “debido a la falta de espacio y de equilibrio, para zonas concretas, el Ayuntamiento de Bilbao buscará opciones y modelos de gestión pioneros”.