Bilbao - El número de terrazas en Bilbao ha crecido de manera tan vertiginosa que el Ayuntamiento se ha visto obligado a tomar cartas en el asunto y ordenar las licencias que se conceden así como su estética. Para ello, pondrá en marcha un método matemático que de manera objetiva teniendo en cuenta el tipo de calle, comercios, número de personas que la transitan e incluso si hay bancos o préstamos de bicis determine la huella que ocupará cada velador. De manera inmediata se va a empezar a trabajar en la calle Ledesma, Jardines, Egaña y Plaza Nueva que por su casuística aconsejan una actuación prioritaria. En el futuro, la idea es que las terrazas lleguen a ser abatibles, no se generen túneles de paso y que las ventanas por las que también se sirve computen en los metros de licencia. “El objetivo es avanzar hacia el escenario ideal de convivencia, poco a poco y sin cambios drásticos”, señala el concejal delegado del Área de Obras, Servicios, del Ayuntamiento de Bilbao, Ricardo Barkala.

En Bilbao hay más de 1.450 terrazas, la mayor parte de las cuales están ubicadas en Abando, Indautxu y Casco Viejo. Barkala señala que el estudio que han realizado en el área ha detectado que hay zonas donde es preciso actuar de manera prioritaria dada su casuística. Se trata de calles en las que la proliferación de veladores irrumpe de manera clara en el equilibrio que debe guardarse con el espacio público.

Hay que tener en cuenta que las terrazas son un valor en Bilbao, pero al mismo tiempo debe adaptarse a la evolución de la ciudad e incluso deberán contribuir con su estética a vender un entorno más amable.

El análisis de la situación ha detectado tres circunstancias: aquellas terrazas que cumplen la normativa, las que incumplen y que serán apercibidas e incluso podría procederse al cierre temporal o anual y, finalmente, las que aun cumpliendo las nuevas circunstancias, aconsejan modificaciones.

Para regular a partir de ahora la concesión de estas licencias, el Consistorio ha creado un modelo científico de gestión matemático pionero que valorará la ocupación y los usos de cada calle para definir la zona a ocupar por las terrazas.

Los criterios Además de los 17 criterios que se aplicaban hasta ahora como la anchura de acera, de fachada, paradas de transporte público, salidas de portales y locales... a partir de ahora se van a tener en cuenta otros nuevos. En concreto, la ocupación por servicio por ventana, el número de personas que pasan por la calle, la centralidad de la arteria, la intensidad de uso, los negocios que existen, las personas empadronadas, el tipo de comercio, los equipamientos públicos cercanos, los tipos de oficinas, los puntos de préstamos de bicis y también los toldos, bancos, acumulación de terrazas, cerramientos varios y varios elementos más.

Este modelo, desarrollado con la colaboración de personas especialistas en ingeniería, matemáticas, estadística y sociología, definirá de manera objetiva la zona en la que puede ponerse terraza sin que eso suponga un perjuicio a los tránsitos y la vida en ese entorno. “Se trata de alcanzar el equilibrio en la ciudad”, señala Barkala.

El Ayuntamiento comenzará con este proyecto este mismo verano realizando un plan de inspección por proyectos de calle. “La idea es tratar cada calle de manera individualizada”, explica Barkala. En principio, con este nuevo método no tiene por qué disminuir el número de veladores, pero sí cambiará la distribución. Incluso en el caso de que fuera necesario, debido a la falta de espacio en equilibrio, y para zonas concretas, el Ayuntamiento diseñará modelos diferentes de gestión de terrazas que podrían incluso requerir la unión entre diferentes hosteleros.

Por otro lado, este plan supondrá una reevaluación contínua de las situaciones para garantizar siempre la mejor convivencia teniendo en cuenta dos premisas: que la terraza es un activo económico en la villa y que hay que mejorar en algunos casos el equilibrio entre residentes y ocio.

Este será un primer paso que el Ayuntamiento quiere tener implantado antes de que acabe el año y al que le sucederán otras medidas como la búsqueda de una estética común por zonas para que exista cierta uniformidad y cada velador no sea de un color.

El plan contempla excepcionalidades de acuerdo con las estrategias de ciudad como el Plan de Movilidad, el Avance del Plan General, el Auzokide plana o el Plan de Comercio donde se prioriza los itinerarios peatonales y las medidas serán más restrictivas.