Bilbao - Ni César Martín ni María Luisa Soldevilla olvidan sus orígenes. Él es de Valladolid; ella, riojana. Pero después de sesenta años viviendo en Bilbao, sienten la villa como suya. “Es como si fuésemos de aquí”, reconocen. Por eso, cuando ayer tuvieron la oportunidad de participar en la ofrenda floral a don Diego López de Haro, no se lo pensaron dos veces y depositaron sus claveles, rojo y blanco, como la bandera de la villa, a los pies de la estatua que preside la Plaza Circular. “Los vecinos somos los más importantes después del alcalde y los concejales, ¿no?”, reflexionaban con una sonrisa.
Un año más, la tradicional ofrenda al fundador de Bilbao, presidida por el alcalde, Juan Mari Aburto, y la corporación municipal, puso el colofón a las actividades de la Semana de la Villa, organizados con motivo del 718º aniversario de la capital vizcaina. El acto contó con una nutrida representación de la vida social, cultural, política y ciudadana, junto al Cuerpo Consular, Ilustres de Bilbao y representantes del comercio y de la hostelería, entre otros. La presidenta de las Juntas Generales, Ana Otadui; el portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka; el consejero de Hacienda y Economía, Pedro Aspiazu; las diputadas de Administración Pública y Relaciones Institucionales, y de Acción Social, Ibone Bengoetxea e Isabel Sánchez Robles, o el exportero del Athletic José Ángel Iribar, también quisieron participar en un acto que cada año cobra un carácter más participativo. Muchos de ellos se arrancaron también a bailar, en círculo, una jota tras la ofrenda.
“Es un día emotivo, como todos los días de cumpleaños. Ver la plaza rodeada de personas de todo tipo y condición participando en este acto es bonito y es algo que yo quiero que vaya a más cada año”, confió el primer edil, quien definió todos los actos celebrados esta semana como “espectacular”, en una ciudad que, en su 718º aniversario, está “muy viva y mira al futuro con optimismo”. Aburto, acompañado por una niña, fue el primero en depositar una flor a los pies de la estatua de don Diego, tras lo cual los demás participantes en el acto, también por parejas, fueron dejando claveles rojos y blancos junto al monumento. “¿Para el 719 cumpleaños? Habrá una nueva corporación y lo único que pido es que la gente viva cada día un poco mejor”, confió.
“Es bonito participar” César y María Luisa no quisieron perder su oportunidad. “Nos ha dicho una concejala que podíamos participar y nos hemos animado, ¿por qué no? Es un día importante y bonito para Bilbao, su cumpleaños”, afirmaban. “Nos ha gustado mucho poder participar en la ofrenda, estamos muy contentos”. Edgardo Arecha y Susana Riganti, turistas argentinos, se encontraron con la ofrenda en su camino al Casco Viejo. Contemplaron admirados el aurresku y la ezpatadantza, y preguntaron con curiosidad sobre el por qué del acto, la música, los trajes regionales? “No sabíamos de qué se trataba, porque es la primera vez que venimos, pero es muy bonito que los ciudadanos tengan la oportunidad de participar en un acto así de importante”, reconocía César, orgulloso de destacar sus orígenes vascos. “Mi abuela materna era de acá”, contaba.
A los actos no acudieron los representantes de EH Bildu, Udalberri y Ganemos Bilbao Goazen, ya que consideran que el gobierno municipal no garantiza la participación de la ciudadanía. “Este es un acto de libertad, cada uno sabe lo que tiene que hacer. Bilbao se merece la participación en un acto que no tiene connotaciones políticas sino celebrativas y participativas; a partir de ahí, cada uno tiene que decidir”, consideró el alcalde a este respecto.