BILBAO - Desde hace una década, Bilbao pierde vecinos, pese a ello la villa se sitúa en el número diez en el ranking de las ciudades con más densidad de población. Sus 354.474 habitantes están distribuidos de forma irregular en sus barrios, de manera que el entorno de Santutxu con Soloketxe e Iturralde está considerado como una de las zonas con mayor densidad de Europa. En Santutxu conviven 39.000 vecinos en poco más de un kilómetro cuadrado frente a los 590 habitantes también por kilómetro cuadrado de La Ribera. Sin embargo, ni existe un límite de densidad recomendable en las ciudades ni tampoco una densidad idónea, según explica Gotzone Zaldunbide, concejala de Atención Ciudadana, Participación y Distritos.

De hecho, desde el Área de Urbanismo del Ayuntamiento de Bilbao se han hecho muchas estadísticas y estudios para tratar de conocer este dato, pero depende de las características propias de la ciudad.

Zaldunbide apunta que la manera en cómo se mide este valor tampoco es homogéneo. “Se puede diferenciar por barrios, distritos, códigos postales... y varía”.

Sea como fuere nadie pone en cuestión que Santutxu es algo más que un barrio populoso, aunque el distrito de Indautxu-Abando, con 240 habitantes por hectárea -24.068 habitantes por kilómetro cuadrado-, encabece el ranking de distritos más poblados. En cuanto al distrito con menor densidad de población es el de Basurto-Zorrotza, con 45 habitantes por hectárea o lo que es lo mismo 4.500 habitantes por kilómetro cuadrado.

Pero la cuestión que subyace en la valoración de estos datos es determinar si hablar de alta densidad es un valor negativo o no para los vecinos de estas poblaciones.

Y en este aspecto, según opina la concejala, tampoco existe un criterio determinante. “Tener una alta densidad de población tiene sus pros y contras”. Es verdad que por un lado puede haber más problemas para aparcar, e incluso la convivencia más masificada puede dar lugar a mayores conflictos vecinales; pero por otro lado se trata de entornos urbanos con más servicios, infraestructuras y hasta con una mayor cohesión social.

De hecho, el análisis que realiza Zaldunbide es compartido por sus habitantes. No hay más que ir a Santutxu para contagiarse de ese sentimiento de barrio.

Y lo mismo ocurre con otros barrios de alta densidad como Solokoetxe o Matiko, por citar otros ejemplo. Para quien aprecia espacios más tranquilos o residenciales, la opción en la villa se traslada a barrios como Bolueta, con 550 habitantes por kilómetro cuadrado, por ejemplo, dejando a un lado lo que se consideran barrios diseminados que se encuentran en zonas limítrofes con el monte, como puede ser Arabella. “Al final depende más del modelo de barrio en el que te pueda gustar vivir”, señala la concejala.

Otros municipios Si Bilbao se compara con el resto de los municipios vascos, es el segundo del País Vasco en densidad de población después de Portugalete. El municipio jarrillero cuenta con la mayor densidad poblacional y de viviendas, según datos recabados por la Viceconsejería de Planificación Territorial del Gobierno vasco. Con 189 domicilios por hectárea urbana y casi 20.000 habitantes por kilómetro cuadrado urbano, esta localidad vizcaina supera ampliamente a todas los demás.

Con respecto a otras ciudades, Zaldunbide establece la comparación con Iruñea que tiene una densidad similar. “Estamos en un rango no my alto”, señala.

En cualquier caso, explica que “podemos estar hablando de una ciudad como Nueva York, con una alta densidad de población, pero que sin embargo ofrece un gran atractivo”. Por este motivo, Zaldunbide reconoce que “las ciudades que tienen sus características y en el caso de Bilbao es un botxo que está rodeado montes, por lo que no puede crecer a lo ancho”.

En Bilbao, en estos momentos, hay 160.750 viviendas, que con el número de habitantes actual da un ratio de 2,15 personas por vivienda. Es verdad que ese ratio va a descender una vez que se incremente el número de viviendas previsto en el PGOU, pero según los cálculos de la concejala, si aumenta a razón de 700 viviendas al año el ratio se quedaría en 2,06 habitantes por vivienda, lo que no supondrá una diferencia excesiva.