Los secretos de la nueva estación de Abando
El 80% de la actual bóveda continuará en pie Una gran escalinata central dará acceso a las plantas inferioresLa vidriera llevará luz a doce metros de profundidad
Bilbao - La transformación que va a sufrir la estación de Abando para albergar la llegada del Tren de Alta Velocidad será radical. La pasada semana, el ministerio de Fomento, el Gobierno vasco y el Ayuntamiento de Bilbao presentaron un acuerdo al que habían llegado las tres instituciones tras muchos esfuerzos, discusiones y consideraciones técnicas. Expusieron las líneas gruesas de la nueva infraestructura ferroviaria que sumó como novedad un parking para vehículos y una estación de autobuses interurbarnos. Pero quedaron en el tintero muchos detalles, muchos secretos dignos de desvelar.
DEIA ha podido acceder a los planos de cómo van a quedar las tripas de ese gran cajón subterráneo que albergará el nuevo corazón del transporte de Bilbao. Les invitamos a un itinerario que recorrerá las plantas subterráneas y el entorno en superficie de la nueva estación.
Planta -1,5 Lo primero a lo que tendrá que acostumbrarse el usuario de la nueva estación es a cambiar el chip de la altura. Si hoy, para acceder a los andenes hay que subir escaleras desde el hall del edificio de Hurtado de Amézaga, con la nueva estación tendrán que bajarlas. Será por una gran escalinata, casi imperial, flanqueada por dos pares de escaleras mecánicas, a un lado para subir y otro para bajar. Tomando estas últimas los usuarios de los trenes de alta velocidad y los de largo recorrido podrán llegar a la planta -1.5, a doce metros de profundidad.
Ahí les espera un amplio vestíbulo donde tendrán diferentes locales de restauración, la consigna para maletas, una sala para los clientes VIP y otros servicios, además de aseos. Incluye también una sala para autoridades. Se ha pensando especialmente el tamaño del hueco donde se colocarán las escaleras para que cualquier persona que se coloque al final de las mismas pueda ver desde abajo la bella vidriera que preside el actual hall de la estación.
Una perspectiva que a la vez permitirá que la luz natural también se cuele a esos 12 metros de profundidad. El vestíbulo tendrá otra entrada directa, desde la segunda planta del estacionamiento de vehículos que se va a construir al lado del cajón ferroviario, el cual contará con cuatro niveles subterráneos.
Un control de seguridad compuesto por cuatro scanners con sus correspondientes arcos detectores de metales permitirá al viajero acceder a la sala de embarque, un gran espacio, que también contará con algunos servicios y un restaurante. Desde esta zona, similar a los distribuidores de las estaciones del metro de Bilbao pero mucho más grande, se podrá ver en la planta inferior, la -2, los andenes y los trenes del TAV. Serán cuatro apeaderos a los que se bajará por otras tantas escaleras mecánicas para poder tomar hasta ocho convoys a la vez. Los viajeros que lleguen a Bilbao tendrán otro itinerario de salida por debajo de la sala de embarque que conectará con el vestíbulo antes descrito.
Planta -1 Los usuarios que requieran los servicios de Cercanías tendrán que bajar solo una planta por la gran escalinata o tomar alguno de los cuatro ascensores que completan la movilidad vertical. Este nivel estará a cinco metros por debajo de la calle Hurtado de Amézaga, albergará un vestíbulo más reducido y contará con otros dos accesos. Uno, situado en frente de las escaleras, conectará con la estación de autobuses donde podrán estacionar hasta 13 autobuses de Bizkaibus. La otra entrada será desde el túnel que llega del metro y que ahora conecta con el hall de la estación mediante sendas escaleras mecánicas. La previsión es crear un pasillo de 30 metros de largo que, tras subir un pequeño tramo de escaleras, desemboque al vestíbulo ferroviario sin necesidad de salir a la calle. En el vestíbulo habrá un pequeño espacio para restaurantes, aseos por debajo de las escaleras principales y las taquillas para supervisar los títulos y billetes. Dos hileras de máquinas canceladoras darán paso a los viajeros a los andenes, tres de los cuales estarán dispuestos para las Cercanías de Renfe que van a Santurtzi, Muskiz y Orduña y otro para el antiguo servicio de Feve que conecta con Balmaseda.
Planta a nivel de calle El nuevo diseño va a suponer cambios radicales a ras de la calle Hurtado de Amézaga. Así, el gran muro existente ahora que aguanta el relleno donde se ubica la playa de vías desaparecerá dejando un espacio diáfano solo interrumpido por las 20 pilastras nuevas donde se apoyarán los arcos que aguanten la tradicional bóveda metálica.
Una cubierta que se va a cortar un 20% (de 193 metros de largo se quedará aproximadamente en 155) para poder habilitar la prolongación de la calle Padre Lojendio hasta la calle Bailén y crear trama urbana.
La retirada de las vías y andenes actuales generará un gran espacio público cubierto “al que tendremos que buscar un buen uso”, explica el concejal de Planificación Urbanística del Ayuntamiento de Bilbao, Asier Abaunza. La bóveda también dará sombra al agujero donde se ubicará la gran escalinata y contendrá diversos servicios, aseos y dos restaurantes. El resto del nuevo entorno que se generará “tiene que concretarse todavía más”, aseguró Abaunza.
Explica que “queremos facilitar la mayor permeabilidad peatonal posible desde la Plaza Circular, pasando por debajo de la bóveda hasta llegar el parque central que se va a crear encima de la estación”.
Por otra parte, la zona trasera del edificio esquinero que mira a la plaza Circular deberá contar con una solución adecuada para salvar los cinco metros de altura que quedarán entre la tapa de la estación y la calle que la circunda.
El espacio destinado a la bolsa de los taxis, que en el plano actual tiene forma de larga herradura, tampoco está cerrado, “aunque sí tendrán una ubicación preeminente”, apostilló el edil. También tendrán ubicación un parking para motos, otro para bicicletas y un espacio para que los familiares que traigan viajeros a la estación les despidan y no estacionen más allá de diez minutos, es lo que se conoce en el argot como kiss & ride. Igual que ocurre en la zona de salidas del aeropuerto de Bilbao.
En la colindante calle Hurtado de Amezaga se habilitarán en cuatro puntos diferentes las entradas y salidas del intercambiador de autobuses y del estacionamiento para vehículos. “Tendrá una capacidad para 550 vehículos y será rotatorio, del mismo tipo que tiene Renfe hoy en día en la parte de Bailén, y será para usuarios de la estación y para el resto de ciudadanos”, concluyó Abaunza.
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