Bilbao - El impulso de la ría como centro vertebrador del desarrollo urbano y sostenible pasa por potenciar ámbitos como la zona más septentrional del cauce, en las inmediaciones de Punta Zorrotza, o tanto las márgenes del río Kadagua como del río Ibaizabal. Estos son los espacios con más posibilidades detectados en el pliego de prescripciones técnicas para la redacción de un estudio que el Ayuntamiento de Bilbao licitará en las próximas semanas, antes de Semana Santa, para definir el modelo de ría deseado. Se trata de un informe que detallará las normas de seguridad a aplicar en la lámina de agua, los parámetros de respeto a la biodiversidad de la flora y fauna, y las actividades económicas y lúdicas que podría albergar el caudal.
El dossier, de florido nombre -Estudio técnico de la ría de Bilbao como eje dinamizador de la villa a través de las actividades ligadas a la lámina de agua de su cauce y apoyadas en sus márgenes-, dará como resultado la foto actual con la que se espera trabajar en un espacio en el que están implicadas varias administraciones, lo que dificulta su regulación. “Antes de que termine el año hay que llegar a un puerto final y tomar decisiones”, afirma Ricardo Barkala, concejal de Obras, Servicios, Rehabilitación Urbana y Espacio Público, además del presidente del Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia. Se trata de un objetivo que persigue desde su constitución la Mesa de la Ría, una “ventanilla única” en la que están representados los organismos competentes como el citado Consorcio, Capitanía Marítima, la Autoridad Portuaria, Demarcación de Costas Y la Agencia Vasca del Agua, además del Consistorio bilbaino.
“Es cierto que quedan muchas cosas por hacer”, reconoce Barkala, citando vertidos que aún se deben corregirse o la adaptación a contaminantes emergentes que debe acometer la depuradora de Galindo. Sin embargo, el estudio supondrá un gran avance ya que recogerá toda la información dispersada en las diferentes administraciones implicadas en la gestión de la ría referente a su normativa, controles de su comportamiento físico y medioambiental, y modelización de su comportamiento. Por ello, considera que será una herramienta “muy útil” para comprender la ría en su totalidad así como organizar su utilización estableciendo como prioritario que “los usos se desarrollen de manera segura, sostenible y respetuosa con la calidad ambiental del sistema del cauce, desde un punto de vista tanto físico-químico como biológico”.
Según Barkala, el informe se centrará principalmente en tres premisas. Una de ellas es la seguridad. “La ría es un elemento vivo, dinámico, con cauce variable, con corrientes. Dentro de las diversas actividades debe haber un equilibrio entre la lámina de agua y las afecciones”, detalla el concejal bilbaino, quien tampoco elude hablar del cambio climático. “Es una realidad y sus consecuencias en muchos casos no las conocemos. Es cierto que al abrir el Canal de Deusto se va a aliviar el riesgo de inundaciones, pero no es suficiente. Algún día se volverá a poner encima de la mesa el túnel de La Peña y Olabeaga”, reconoció en relación al ambicioso proyecto -presupuestado en 167 millones de euros- planteado cuando la ciudad quedó completamente anegada en 1983 y que suponía la construcción de un enorme desagüe subterráneo.
Además de la seguridad, otro elemento que destacará en el estudio será el respeto a la biodiversidad que tanto ha costado recuperar en la ría. De hecho, de no albergar vida animal en 2002 la ría pasó a guarecer hasta 28 especies de peces, como lenguados o salmonetes, y 10 de crustáceos, como nécoras o centollos, principalmente en las inmediaciones de Olabeaga y el Euskalduna. “Cualquier cosa que hagamos tiene que respetar la diversidad biológica. Se va a recuperar aún más y hay que mantenerlo”, asegura Ricardo Barkala, quien añade que no se descartan los “dragados selectivos”.
El último de los puntos a destacar contempla la necesidad de que la ría sea “conector para las actividades económicas, empresariales y lúdicas, con seguridad jurídica”. Se trata de elaborar un “marco de trabajo institucional, político, técnico, normativo y económico” para que la lámina de agua pueda regular los deportes náuticos, así como el tráfico marítimo -por ejemplo en eventos como en Aste Nagusia, cuando decenas de personas ven los fuegos desde embarcaciones privadas-; siempre buscando el equilibrio entre los diferentes usos. “Es un estudio que nos dirá qué ocurre en la ría y en sus muelles, dónde se pueden poner los pantalanes y los lugares a evitar...”, señala Barkala.
Futuros Proyectos Desde que se llevó a cabo el plan integral de saneamiento para que la ría dejara de ser una alcantarilla hasta que se han escuchado las primeras alusiones a que la ciudad pueda albergar una playa artificial han pasado varias décadas en las que Bilbao ha dejado de dar la espalda a la ría para convertirla en su columna vertebral. De hecho, el avance del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), en el que se proyecta la ciudad de aquí a 25 años, consagra uno de sus capítulos a la ría, citando espacios en los que eliminar discontinuidades como la estación de La Naja o la Ribera de Atxuri así como orillas por reurbanizar en Olabeaga o en el Muelle de Urazurrutia.
No obstante, una de las iniciativas que más llamaron la atención fueron las piscinas en la ría que previsiblemente se situarían en la Ribera de Elorrieta. “El estudio señalará qué espacios son los adecuados y qué equipamientos son los razonables. Pero uno de los espacios en los que tiene que haber actividad náutico-deportiva tiene que ser en Punta Zorrotza y en Elorrieta; tiene que haber desarrollo económico, cultural y de ocio vinculado a la lámina de agua”, asegura el concejal sobre este espacio de oportunidad y desarrollo de la ciudad, ligado a transformaciones urbanas futuras.
Además, Ricardo Barkala señala que el estudio indicará cómo regular la gestión de los pantalanes, que podrían organizarse de forma similar a otros elementos de espacio público como los locales hosteleros municipales -el kiosko de El Arenal, por ejemplo- que salen a concurso cada cierto tiempo. “Si te viene un inversor con intención de dedicar 70 millones de euros en la ría y el pantalán lo hace él, habrá que facilitarlo, pero articulando bien cómo hacerlo”, argumenta Barkala. De hecho, hace escasos meses se autorizó el primer pantalán de uso privado de la ría en Bilbao, con acceso directo a la terraza flotante de El Cargadero de Olabega.
No es el único proyecto con muelle privado planteado para la ría a su paso por Bilbao. Demarcación de Costas recibió hace un año otro bosquejo para construir una restaurante mirador con embarcadero en Abandoibarra, una iniciativa a la que aún no se le ha dado luz verde pero que sería significativa por su céntrica ubicación. Más inminente parece ser el túnel del viento, promovido por un inversor ruso, cuya obra, muy vinculada a la ría, sigue su curso con el dragado del dique húmedo del Museo Marítimo, donde se instalará.