Bilbao - Se manifiestan en público en contadas ocasiones, pero cuando lo hacen no dejan títere con cabeza. La Asociación de Hostelería de Bizkaia evidenció ayer el malestar del colectivo al que representa señalando que las conductas incívicas que se dan en la vía pública -las cuales pueden incurrir en hechos delictivos- son responsabilidad de las personas que las llevan a cabo. De esa forma, solicitaron que no imputen responsabilidades al sector cuando no tiene nada que ver con los hechos que se puedan producir en la calle. En ese sentido, apelaron a los partidos políticos del Ayuntamiento de Bilbao, formado por las mismas fuerzas que configuran el poder legislativo, para que endurezcan la ley en vigor.

Durante su intervención, Ángel Gago, presidente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia, citó a las asociaciones -“y pseudoasociaciones”- vecinales o a los medios de comunicación dentro de los agentes que relacionan el ocio nocturno con la hostelería, “lanzando mensajes que no se ajustan a la realidad”. No mencionó ningún caso concreto, pero las movilizaciones llevadas a cabo en el último año por los residentes en las inmediaciones de la discoteca Moma o en los alrededores de zona de Uribitarte planearon en la sala del Hotel Carlton donde compareció.

Según expresó, la vinculación del ocio nocturno como “foco de molestias” provoca que la asociación se encuentre con un “muro salvaje” cuando recurren a las instituciones a negociar por diversos temas, como los horarios de cierre de los establecimientos. “Nos han llegado a llamar mafia o lobby”, aseguró Gago, quien también encuentra la oposición vecinal por la ocupación que realizan del espacio público las terrazas de los locales, principalmente en zonas como el Casco Viejo. De hecho, el Ayuntamiento de Bilbao está preparando el plan director de terrazas para regular la proliferación de los veladores.

La proyección de varios vídeos en los que una decena de jóvenes se enzarzaba en diferentes peleas en la calle Arbolantxa sirvió para ilustrar a qué se refería Gago, quien también se refirió a los orines en la vía pública, a los destrozos en el mobiliario urbano o a algaradas a altas horas de la madrugada. “Quien tenga responsabilidades políticas debe entender que esto no es normal”, aseguró el representante de los hosteleros, quien añadió que lo mostrado sirve para ejemplificar “cualquier fin de semana en Bilbao”. Según señaló, “el ocio nocturno no es en sí mismo un problema: sí lo son algunos de sus protagonistas con conductas absolutamente incívicas, y también lo son quienes toleran estas actitudes”.

En palabras de Ángel Gago, la “culpa” por problemas del ruido o la inseguridad recae en numerosas ocasiones en un bar “que igual está vacío o no está relacionado con ello”. En ese sentido, expuso que la asociación “no está para defender comportamientos ilícitos dentro de un sector que tiene muchas actividades”. Sin embargo, consideró que su “silencio” está provocando que se perjudiquen las “relaciones institucionales”, así como a “aquellos empresarios que realizan su función desde una óptica de la ética en el servicio hostelero”.

Pacto por la seguridad El presidente de la asociación vizcaina, quien estuvo acompañado por el vicepresidente Boni García y el gerente Héctor Sánchez, señaló que el fenómeno del botellón, ligado a la experiencia de ocio nocturno de los jóvenes, es un viejo enemigo de la hostelería. De hecho, puntualizó que ya existía en 1982, pero que ha ido “a peor”, mientras que los poderes públicos “no se muestran especialmente activos”. Ante ello, expuso que entiende que la Policía Municipal pueda estar “sobrepasada” ante ciertas situaciones a las que se deben enfrentar; en tal caso, repuso que los agentes deben ejercer presión en las instituciones, no solo con reivindicaciones salariales, para que los partidos políticos se conciencien y tomen cartas en el asunto.

Ángel Gago se refirió a la inseguridad ciudadana señalando que “ha habido más muertos provenientes de fiestas populares y actos públicos, que los que ha habido vinculados a locales hosteleros”. Ello demuestra que la seguridad no está vinculada al ocio nocturno, ya que si fuera así “tendría que culpabilizarse al entorno municipal de todos esos acontecimientos luctuosos que tienen lugar en espacios públicos y en actos promovidos por las propias instituciones”. Por ello, señaló que “si esto no es justo, tampoco lo es que la delincuencia se vincule al ocio nocturno”.

En cualquier caso, el representante de los hosteleros mencionó el asesinato de Urren así como el del matrimonio de octogenarios de Otxarkoaga, crímenes ocurridos en las últimas semanas que han conmocionado a la sociedad al estar perpetrados a manos de menores. Ángel Gago consideró que se trata de “intolerable, inaceptable, injusto y hasta ofensivo” que el pacto por la seguridad anunciado por el Ayuntamiento de Bilbao tras conocerse estos hechos incluya un “plan anual de inspecciones de establecimientos de hostelería y ocio” o la “elaboración de una carta de servicios de atención a las quejas vecinales en relación al ocio”. Según Gago, las inspecciones no son criticables, pero el que se incluyan en dicho texto es una forma de “eludir el fondo del conflicto”.

Viviendas turísticas Gago aprovechó la atención de los medios para referirse a los pisos turísticos, para los que consideró que apenas existe control. En ese sentido, señaló la existencia de “cientos de viviendas privadas” que alojan turistas “de manera anormal”, sin estar “perseguidas lo suficiente por el ámbito fiscal e institucional”. El portavoz de los hosteleros llegó a alegar que “si fuera terrorista” se alojaría en un piso de estas características, en los que, expuso, no hay registro sobre los visitantes. Mientras tanto, señaló que a un empresario “que tiene un desliz punible” por introducir una cama de más en una habitación se le puede multar “con miles y miles de euros”. Gago se refería a una sanción grave de 30.000 euros impuesta por el Gobierno vasco a un “hotel importante”, que fue denunciado por un usuario después de que le cobraran una habitación doble tras haber solicitado una individual. Desde Lakua confirmaron ayer que la falta está “en fase de instrucción”.