Bilbao - El modelo de ocio nocturno de Bilbao vuelve a ser cuestionado tras un fin de semana de reyertas en la zona de Uribitarte y por las denuncias de los vecinos de Rodríguez Arias por los problemas de ruidos generados en torno a la discoteca Moma. Los grupos políticos de la oposición sostienen que es necesario someterlo a debate y concluyen que el ocio de la villa no respeta “el derecho al descanso” de algunos.

Esta afirmación fue rebatida por la propia delegada adjunta del Área de Movilidad y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Bilbao, Inés Ibáñez de Maeztu, en una comparecencia desarrollada ayer en la que afirmó que el descanso de los vecinos no es negociable. “El descanso de los vecinos nos preocupa y por eso estamos trabajando para garantizarlo, pero también creemos que debemos garantizar el derecho a que la gente joven pueda disfrutar de su tiempo de ocio”, aseguró la edil. A petición de los populares la concejala desgranó con minuciosidad los pasos que se han dado en el proceso de mediación y las medidas acordadas entre el Ayuntamiento y los propietarios de la discoteca para encontrar un punto de encuentro que pueda satisfacer a todas las partes en torno al malestar que genera la apertura de esta discoteca. “Se está cuestionando todo el modelo de ocio, pero en el caso del Moma, desde el Ayuntamiento partimos de que la discoteca es una actividad económica legal. Estamos aplicando la mediación como una herramienta de gestión para mejorar y hacer compatible. No podemos llegar y echar a mamporrazos un negocio”, afirmó. Y prosiguió: “Apostamos por compatibilizar el ocio con el descanso”.

En este sentido, Ibáñez de Maeztu aseguró que es “imposible conseguir una ciudad con ruido cero”. El concejal del PP, Luis Eguiluz, insistió en que los ruidos tanto internos, que afectan a la actividad del hotel Ilunion, como los de la calle, persisten pese a las medidas que desde hace dos semanas se están aplicando. “No queremos que el problema que existe en Uribitarte todos los fines de semana llegue a la zona de Rodríguez Arias”, planteó el portavoz del PP. Ibáñez explicó que las medidas de control en la calle, por parte del personal de la discoteca, de la Policía Municipal y de los educadores, así como las mediaciones acústicas en el interior se seguirán aplicando para mejorar la convivencia. “Aunque debemos ser cautos, en las primeras semanas realizamos un balance positivo. En los próximos seis meses realizaremos un balance más exhaustivo y cada mes recogeremos toda la información y la pondremos en conocimiento de los vecinos afectados”.

La portavoz de Udalberri, Carmen Muñoz, criticó la falta de empatía con respecto a los vecinos e insistió en que las quejas vecinales continúan aflorando cada fin de semana porque “el derecho al descanso no se está respetando”. “Nosotros apoyamos la mediación, pero algo está fallando. ¿Cómo puede hacer un balance positivo cuando nos llegan quejas, vídeos, fotos?”, lanzó. La portavoz de EH Bildu, Aitziber Ibaibarriaga expuso lo importante del cumplimiento de la normativa y dijo que las discotecas que las incumplen “hacen flaco favor al conjunto de los hosteleros que sí cumplen y que conviven sin problemas con los vecinos”. Y añadió: “Es necesario abordar este tema y eso no supone criminalizar el ocio nocturno”, concretó Ibaibarriaga. Samir Lahdou, portavoz de Goazen Bilbao reconoció abiertamente no confiar en el sistema de mediación aplicado en Rodríguez Arias “porque los vecinos no tenían nada que ofrecer”. “Ahora les piden seis meses más de paciencia. No creemos que se vaya a solucionar nada”, concluyó.