Termibus profundiza en sus cimientos
La excavación de la nueva terminal arranca en toda la parcela y ha empezado a gran ritmo
Bilbao - La excavación de la que será la nueva estación terminal de autobuses de Bilbao ha empezado a gran ritmo. Los trabajos iniciados a mediados del pasado mes ya se acometen en toda la parcela que albergará la Termibus subterránea que sustituirá a la provisional ubicada justo al lado. En algunas zonas, como en el frente de la calle Luis Briñas, ya se ha bajado hasta los seis metros de profundidad.
Dos excavadoras y una máquina picadora son las responsables de que durante las últimas tres semanas se haya destrozado y desmenuzado todo el asfalto además de las dársenas que componían la vieja terminal y haya dado comienzo la extracción de la tierra ubicada por debajo. Donde más se ha adelantado es en la zona que linda con la calle Luis Briñas. Decenas de camiones diarios se han ido cargando con la tierra de relleno que en su día se depositó en esta zona para que la vieja Termibus, que estuvo activa casi 20 años, tuviera una superficie plana que evitara los cinco metros de diferencia de desnivel existente entre la mencionada Luis Briñas y la paralela calle Gurtubay.
En esta área, el trabajo ha sido rápido y se ha llegado ya a cota de menos seis metros, en donde se va a ubicar la planta -1 de Termibus, la cual servirá de distribuidor para los usuarios que vayan a tomar o dejar un autobús. Es el mismo nivel en el que se ubica el acceso común que tienen Metro y Renfe en la estación de San Mamés, antes de salir a la superficie, y que se conectará con el mencionado distribuidor de la nueva estación.
En la otra parte del gran solar se ha profundizado menos. Ayer, las máquinas seleccionaban el material que se está separando para su posterior tratamiento. Una lámina de hormigón destrozado previamente esperaba a ser cargado en los volquetes cuyo tráfico por las calles del entorno se ha ordenado para que afecte lo menos posible a la circulación de esta complicada zona del barrio de Basurto.
De esta manera, los camiones vacíos acceden al solar por la antigua entrada de Gurtubay, la cual usaban la mayoría de los transportes de pasajeros, y salen cargados por la puerta habilitada hacia la calle Pérez Galdós. Tras girar hacia Luis Briñas, los volquetes toman la avenida Zunzunegui y van a su destino en el vertedero por los accesos viarios de San Mamés.
Lavarruedas de última generación Estos últimos días, pese a las lluvias caídas, no se ha notado mucho el barro y la tierra pegados a las ruedas que hubieran manchado las mencionadas arterias urbanas. Aunque este es un problema a resolver en breve. Ayer se ultimaba la colocación de un lavadero de camiones dentro de la misma parcela para evitar la suciedad fuera del tajo a lo largo de los próximos meses de portes constantes.
Una instalación de última generación que se pondrá en funcionamiento automáticamente cuando detecten el camión. En ese momento se activará el lavado del equipo y el extractor de lodo mecánico, acción que solo llevará 30 segundos. Además, el sistema recicla el agua utilizada previamente para almacenarla en un depósito ubicado al lado. Un sistema de extracción mecánica retira los lodos de forma automática dejando el agua lista para su reutilización.
De momento, el tráfico pesado añadido en las calles aledañas no ha supuesto problema alguno. El hecho de que sea agosto y de que la circulación de vehículos sea menor que el resto del año ha ayudado a ello.
Otra cosa será lo que ocurra a partir del próximo mes cuando se inicie la actividad habitual y el tráfico urbano aumente con los autobuses escolares y de furgonetas de reparto. Además según indicaron fuentes municipales, el ir y venir de camiones cargados todavía se intensificarán más a partir de septiembre cuando se excave ya en todo el perímetro y las máquinas sigan extrayendo el material de tierra y rocas.
Hay que tener en cuenta que se va a excavar como si fuera una gran piscina de algo más de 20 metros de profundidad en el lateral de Gurtubay y 15 en el lado de Luis Briñas, el equivalente a la altura de un bloque con seis y cinco plantas.
Un gran hueco que tendrá 150 metros de largo por 100 de ancho, es decir, redondeando, se va a generar una superficie de 15.000 metros cuadrados en cada uno de los cuatro niveles subterráneos que se van a construir y que compondrán la futura estación de autobuses y un parking para vehículos en rotación que albergará más de medio millar de parcelas de aparcamiento.
La unión temporal de las empresas (UTE) Construcciones Amenabar y Excavaciones Viuda de Sainz, adjudicatarias de las obras y de la posterior gestión de la terminal de autobuses durante 40 años, tiene previsto efectuar la excavación completa, habilitar los accesos para autobuses y vehículos, construir las nuevas instalaciones y taparlas con una gran plaza pública en el plazo de año y medio.
Para principios de 2019 Es decir, si todos los planes se cumplen, los autobuses podrían estrenar las nuevas dársenas bajo tierra a principios del año 2019. Un tiempo que se antoja escaso si tenemos en cuenta el objetivo, pero que es viable si no olvidamos que para la UTE es esencial cumplir el plazo para empezar a recibir ingresos cuantos antes procedentes de la explotación de la propia estación de autobuses.
La excavación a lo largo de los próximos meses también traerá cambios para peatones y vehículos. Para los primeros porque las obras ocuparán el año que viene el pasillo peatonal encajado entre el edificio de la Escuela de Ingenieros y el vallado de la vieja Termibus.
Para los coches, y también para los viandantes, porque el tramo de la calle Pérez Galdós que linda con el solar en obras será absorbido para construir en esta arteria dos rampas. La primera, la más cercana a Luis Briñas, permitirá a los automovilistas acceder al parking que se habilitará también al lado de la estación soterrada. La segunda, que desembocará en Gurtubay, permitirá dar salida a todos los autobuses tras recoger a sus pasajeros.