BILBAO. El primer fin de semana de junio se trajo de Sevilla la medalla de bronce de la Copa Nacional de culturismo en la modalidad de “clásico”. De esa forma ponía la guinda a una temporada en la que se ha proclamado campeón absoluto vasco-navarro-cántabro y de la Zona Norte. Raúl, que se inició en el mundo del culturismo hace tan solo tres años, confiesa que se ha enganchado y que disfruta “encima de la tarima”. Pero también reconoce que “ el cuerpo de competición no es agradable estéticamente”. Antes de competir, su cuerpo ya era digno de verse en los calendarios que sacaban a la venta los bomberos de Bilbao con fines benéficos.
¿A qué se dedicaba antes de ser bombero?
- Hice de todo. Fui camarero, encargado de locales de noche, reponedor de Eroski, monitor de musculación, entrenador personal, de natación, de tercera edad, extraescolares con niños... pero yo siempre tuve la inquietud de ser bombero.
¿Cómo entró en el Cuerpo?
- A través de una oposición muy dura que requiere muchas horas de estudio, entrenamiento y mucho sacrificio.
¿Cuándo se incorporó?
- Yo empecé a trabajar de bombero con 23 años tras hacer la oposición y entrar en una bolsa de trabajo. Primero me llamaban para hacer bajas, luego me hicieron interino y a los 28 años saqué la plaza. Esto es una carrera de fondo, pero lo volvería a hacer.
¿Le gusta su profesión?
- Sí, es muy bonita y muy gratificante porque siempre eres bien recibido. La parte positiva de este trabajo es el poder ayudar a la gente en cualquier situación.
¿Y la parte negativa?
- Que vemos cosas duras, pero hay que saber disociar esos momentos desagradables de tu vida personal.
¿Cuáles son las situaciones más comprometidas que ha vivido como bombero?
- No sé. Entramos a sitios complicados, como por ejemplo, en garajes ardiendo, en el que vas a ciegas y si pierdes la línea de vida... pero nosotros no pensamos en eso.
¿Facilita su trabajo el estar cachas como usted?
- Todo el tema deportivo va a ayudar porque hay que cargar material y hacer movimientos específicos, pero no es imprescindible. Como se suele decir, más vale maña que fuerza. Tiene que haber un equilibrio entre fuerza y cabeza.
¿Y cómo le dio por el culturismo?
- Yo siempre he sido deportista. Fui futbolista, jugué en el Arenas en Tercera División, y cuando saqué la plaza de bombero enfoqué el deporte hacia las Olimpiadas de Policías y Bomberos.
¿Qué tal le fue?
- Muy bien. Quedé subcampeón del mundo en Nueva York en 2013, pero cuando estaba preparando las siguientes olimpiadas, que eran en Belfast, me lesioné la rodilla.
¿Qué pasó entonces?
- Pues que a raíz de esa lesión me inicié en el culturismo. Busqué una alternativa para estar motivado a la hora de entrenar.
¿Cuándo comenzó a competir?
- En 2014. Me presenté a un campeonato a nivel regional y a otros dos interregionales.
¿Le gustó?
- Sí, fue una experiencia muy positiva y me di cuenta de que disfrutaba encima de la tarima enseñando el trabajo realizado.
Así que siguió
- Sí, me enganché y me volví a presentar en 2015 a más campeonatos pero ya con un asesoramiento más profesional.
Hasta este año, que ha conseguido unos resultados espectaculares
- Efectivamente, el 7 de mayo gané el campeonato senior en Santurtzi; luego gané el absoluto en el campeonato del Norte de España, celebrado en Oviedo, y en la Copa Nacional, en Sevilla, hice medalla de bronce.
¿Cuál va a ser su próximo reto?
- Ahora me voy a tomar un año sabático, entre comillas, para intentar mejorar los fallos que tengo.
¿Qué se valora en un campeonato de culturismo?
- Lo importante es la simetría del cuerpo, la sequedad, que entre la piel y el músculo no haya nada de grasa ni agua, luego el bombeo, o sea, las redondeces del músculo, y la dureza, que dé aspecto de rocoso.
¿Le parece bonito el cuerpo de un culturista?
- Es cierto que el cuerpo de competición no es agradable estéticamente, aparte de que no es sostenible, porque es algo que se hace para un momento.
¿Y el de las mujeres culturistas?
- Lo admiro pero no querría yo para mi pareja.
¿Es verdad que están todo el día en el gimnasio?
- Eso es un mito del culturismo. Mis entrenamientos suelen ser de una hora , más el ejercicio cardiovascular. Pero tampoco hay que ir todos los días al gimnasio.
¿Cuidan tanto la alimentación?
- Esa es otra leyenda. Es cierto que a medida que se acerca la competición el abanico de la alimentación se estrecha un poco, pero si no, un helado, una cerveza o una hamburguesa tienen cabida.
¿Le miran cuando va a la playa?
- Sí, hay gente que mira de reojo, pero normalmente voy tapado. No me gusta exhibirme en la playa ni alardear del cuerpo.
Con ese cuerpo sería un fijo en el calendario de los bomberos
- Sí, salí en tres de ellos, pero lo hice por echar un capote a la ONG para la que se recauda.