BILBAO - Tan importante es para Koldo Narbaiza la evolución del euskera en Bilbao como el hecho de que su crecimiento haya sido homogéneo en todos los barrios. De este y otros factores habla en esta entrevista.

En la Korrika y en otras ocasiones también el alcalde ha puesto el énfasis en la idea de que euskera y Bilbao están unidos desde antes y también a futuro. ¿Qué se quiere trasladar con esta idea?

-Es cierto que lo ha dicho en más de una ocasión. Ha habido un momento en el que el euskera ha estado unido al agro, pero la utilización de la lengua tiene que venir a la ciudad. En esa relación de Bilbao y el euskera hay que recordar precisamente que Euskaltzaindia cumple cien años en Bilbao y Euskerasale, 50 años en mayo, y son los impulsores de todo el movimento de ikastolas que en su día fueron determinantes. Con esto quiero destacar que la unión de Bilbao con el euskera ha sido a lo largo de la historia tremenda y el futuro del euskera está unido a la ciudad. Al final, Bilbao es la capital de la comunidad autónoma que más población tiene y por tanto es donde más gente habla no solo euskera también castellano o inglés.

¿Ese crecimiento de euskaldunes en Bilbao va por barrios o la situación es homogénea?

-Otro dato muy importante precisamente es la homogeneidad. Porque es cierto que los distritos históricos como Deusto, Ibaiondo y Abando llegan a un porcentaje de un 25% de alfabetizados, pero es que Zorrotza llega al 20%, Otxarkoaga al 23%... Y lo mismo con los que saben euskera aunque no estén alfabetizados. Eso es para mí lo más importante. La tendencia es clara, cada 10 años sube una media de 10 puntos. Antes se decía que el euskera era un idioma de aitites, pero eso ya ha cambiado con el tema de la escolarización, y el euskera se ha convertido en el idioma infantil. Ese es un gran cambio. La pirámide se ha invertido.

Ha habido muchos logros en el largo camino que lleva recorrido el euskera para reconquistar su espacio. ¿Con cuál se queda usted?

-Cuando se habla de estadísticas y grandes logros, a mí uno que siempre me llama la atención y que tiene su importancia es que cada vez hay menos gente que está en contra del euskera. Es importante decir que ese número va bajando y que la sociedad acepta cada vez más el euskera. No hay ideología ni bandera. Todos estamos obligados a preservarlo.

Esas estadísticas son muy alentadoras porque reflejan una tónica ascendente del euskera en la educación, pero en el calle no se oye tanto como se sabe.

-Los últimos datos que maneja el Área son muy alentadores. De hecho en 30 años se ha multiplicado por cuatro el número de euskaldunes en Bilbao. Pero, es verdad que el reto más allá de la estadística es su utilización. Yo considero que si el idioma se estudia, si está en la educación, el idioma tira millas aunque nos queda el pasarlo a la calle y en ello estamos.

¿Qué se hace desde el Ayuntamiento para fomentar su uso en la calle?

-Estamos trabajando para que en el ocio, en el deporte... cada vez se pueda utilizar más el euskera. Tenemos varios programas para que el euskera sea atractivo fuera de las aulas. Desde talleres de bertsos, musika ikasi y también trabajamos en tres comisiones donde estamos abordando temas muy interesantes.

¿Por ejemplo?

-Todas las ciudades tienen en sus calles principales las mismas marcas. La gente tiene que visualizar que está en otro sitio y para ello tiene que haber más carteles en euskera, por ejemplo. También tenemos un programa con los comerciantes a los que les damos una ayudas económicas para que los dependientes puedan atender en esta lengua y si quieren traducir algún texto tienen un servicio a su disposición. Estamos analizando la problemática de los euskaltegis y en otra comisión con periodistas abordamos la problemática del euskera en los medios. También hemos empezado un programa con los más jóvenes.

¿Qué me dice de las nuevas tecnologías?

-Estamos trajando en ello. Nuestra apuesta es entrar en este mundo. apps, juegos, Nintendo de los críos... Todas están en castellano. Nosotros intentamos sacar una oferta donde también el euskera tenga una presencia en las nuevas tecnologías. Ahí está el reto.