Bilbao - “Nunca he visto nada igual porque cada vez que vengo a Bilbao hay algo nuevo que conozco y me deja sin habla”. Estas son las palabras de Luisa Francis, quien decidió viajar por cuarta vez desde Portugal a Bilbao para visitar a su familia durante la Semana Santa. Lo que no imaginó es que se encontraría con las diferentes actividades que Basque Fest había organizado por la villa. Por eso, ayer la explanada de El Arenal se convirtió en un auténtico escenario tradicional de los herri kirolak.
Pero no solo a Francis le pilló por sorpresa. Fueron muchos los curiosos que se pararon mientras paseaban cerca de la ría al ver a cientos de personas guardando sitio para no perder ningún detalle. En el centro, se encontraban Tubi y Jon, que fueron los encargados de demostrar cómo se realiza el levantamiento de fardos y el alzamiento de yunque, además de explicar las peculiaridades que guardan este tipo de deportes.
Lo cierto es que muchos de los asistentes querían formar parte del espectáculo. Y, de alguna manera, así fue. Miembros de la organización se encargaron de apuntar las apuestas del favorito del público. “10 levantamientos de fardos en un minuto a favor de Tubi”, dijo Alfredo Santos. A pesar de la discrepancia de su hijo, que había apostado a favor de Jon con 13 levantamientos, finalmente fue Alfredo quien se acercó más al resultado final. Sin embargo fue Irene Alonso, una madrileña que decidió hacer escala en Bilbao en su viaje por el norte del Estado, la única del público que acertó de pleno: trece levantamientos en un minuto para Tubi. “Es una iniciativa preciosa por parte del Ayuntamiento para promulgar la cultura y tradición de Bilbao”, dijo entre risas nerviosas por su improvisado protagonismo.
Txapela y pañuelo Tras el reparto de los premios -una txapela y un pañuelo característicos del festival y la villa- a aquellas personas que más se acercaron con el resultado de la competición, llegó la hora de comenzar con el alzamiento de yunque. Esta vez, el reto consistía en apostar quién lo alzaba más veces durante un minuto. El galardón se lo llevó Jon, a pesar de asegurar que su especialidad es el levantamiento de fardos. “Lo importante es ganar a Tubi; como si le gano recogiendo caracoles”, bromeó.
Los más peques de las casas también tuvieron su rincón para aprender a crear pelotas con lana de diferentes colores, incluso también simularon un frontón para jugar, quien quisiera, a cesta punta. Ahí se encontraba el italiano Elio Fucini, que visitaba por tercera vez la villa y no se resistió a aprender a jugar a cesta punta. “Es una ciudad con muchísimo encanto y la tradición es preciosa y por eso cada vez me gusta más”, concluyó.